18 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

LA INFLACIÓN presionada al alza por el petróleo necesita una subida de tipos que la contenga. A países como Francia y Alemania, cuya economía parece empezar a despertar después de pasar varios años en coma, les conviene un bajo precio del dinero que ayude a consolidar el crecimiento económico. En esta encrucijada, hay una tercera pata: los millones de ciudadanos hipotecados que temen no poder hacer frente a sus deudas si suben los tipos. Que no cunda el pánico. La propia banca reconoce que un incremento moderado será asumido por las familias, que harán el esfuerzo necesario para hacer frente a sus préstamos. Y es que el verdadero enemigo de las familias es el desempleo, que hace completamente imposible poder afrontar las deudas.