Con la creación de Iberia Express, además de traicionar y enfrentarse a todos los trabajadores de Iberia, el consejero delegado de IAG, Willy Walsh, ayudado por Sánchez Lozano, empieza a culminar su proyecto de trocear Iberia y obligarla a decrecer para convertir lo que era una fusión entre iguales en la fagocitación por parte de British Airways de Iberia, de su caja (más de 2.500 millones de euros en el momento de entrar British en el capital de Iberia), de sus activos (rutas, derechos de vuelo, aviones, etcétera) y de su base de operaciones, el aeropuerto de Barajas, en el que los españoles han invertido más de 7.000 millones de euros.
Para ello, el consejero delegado de Iberia ha rechazado un acuerdo con los pilotos que han ofrecido rebajas salariales y aumentos de productividad que superan ampliamente los ahorros que supondría la segregación de los vuelos domésticos y europeos de Iberia, operación ilegal por otra parte al incumplir su convenio colectivo.
La oferta de los pilotos, avalada por la tercera empresa auditora a nivel mundial, Grant Thornton, y ahora por un mediador nombrado por el Gobierno, Manuel Pimentel, rebaja los costes de operación de sus tripulaciones en más de un 50 % igualándolos con los de las empresas low cost Easyjet y Ryanair.
Solo en lo que se refiere al nuevo modelo de operación de los vuelos domésticos e intraeuropeos que sirven de alimentación a los vuelos intercontinentales que despegan de Madrid, la oferta de Sepla supone más de 300 millones de ahorros frente a los 100 millones anunciados por el consejero delegado en su proyecto de trocear Iberia.
¿Por qué no se ha aceptado la oferta del Sepla?
Porque el proyecto de Walsh y Sánchez Lozano no es rebajar los costes en Iberia y que esta crezca en proporción a lo que lo haga British Airways y consolide su influencia en IAG, sino eliminar las restricciones y protecciones que contiene el convenio de pilotos, firmado justo antes de producirse la fusión, y que pretendían garantizar la españolidad y el desarrollo de Iberia y de Barajas. Este convenio fue firmado por el anterior presidente de Iberia, quien dimitió cuando vio que British pretendía quedarse con Iberia y sus activos sin soltar un euro.
El verdadero proyecto de Walsh, es convertir Iberia en la low cost de British Airways. Así y financiándose con los activos de Iberia, British Airways crecerá en Londres con los pingües beneficios y «sinergias» obtenidos por la absorción gratuita de Iberia.
El salario que Iberia Express ha ofrecido a los copilotos que ha contratado es de 48.000 euros anuales. En la propuesta del Sepla para mantener la producción dentro de Iberia, un copiloto recién ingresado cobraría 36.000 euros brutos al año, 12 mil euros menos que lo que paga Iberia Express. A sus comandantes les ha ofrecido cobrar inicialmente un salario neto mensual de 7.000 euros, cuando con la oferta del Sepla, cobraría unos 6.000 euros netos. Iberia Express dice que sus pilotos volarán un máximo de 850 horas al año. Con la oferta del Sepla, los pilotos de Iberia volarían hasta un máximo de 900 horas al año.
¿Dónde están los ahorros de Iberia Express? ¿Que hay detrás de esta decisión que no tiene ninguna justificación económica?