Aniversario

Gonzalo Parente VENTANA AL MUNDO

OPINIÓN

23 dic 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Se han cumplido dos años del mayor movimiento histórico habido en los últimos tiempos. El 17 de diciembre del 2010, en Túnez, el joven universitario Mohamed Buazizi no encontró otro medio de vida para su familia que vender fruta por la calle con un carrito. Cuando la policía le destruyó su pequeño negocio por no tener licencia, fue a buscar una lata de gasolina y se quemó a lo bonzo. Este doloroso incidente impactó en la sociedad árabe de tal forma que una marea de protestas se extendió, primero en Túnez, y rápidamente pasó a todos los países árabes. De Marruecos a Siria, de Jordania a Yemen, la ola de protestas ciudadanas inundó las ciudades. Así, en poco tiempo los dictadores de Túnez, Egipto, Libia y Yemen cayeron, unos huyeron y otros, como Gadafi, fueron masacrados. Todavía aguanta el dictador Asad en Siria, pero su fin parece que será el mismo que el de Gadafi.

Curiosamente, resistieron esta ola de protestas los países con monarquías y ahora, después de haber hecho reformas políticas y sociales de apertura a la sociedad, Marruecos, Jordania, Arabia Saudí y las monarquías del golfo pérsico viven un clima de cierta estabilidad. Resulta curioso observar cómo un incidente aislado, en un pequeño país, fue capaz de provocar una conmoción política y social de toda la comunidad árabe, un cambio histórico que afecta incluso a la comunidad de los países europeos.