Más Nadal. Al hacer historia en Roland Garros, pasó a cruzar su raqueta ya solo con los más grandes del deporte. Es un duelo de gigantes. Ya solo puede compararse en retos a los que también arrasaron en sus disciplinas. Son muchas las listas. Ocho nombres se multiplican con el del tenista español. Pelé, tres mundiales. Alí, tres campeonatos del mundo de los pesos pesados. Pero hay más. Eddy Mercx, el hombre que ganó once grandes vueltas (cinco Tours, cinco Giros y una Vuelta), antes de que el ciclismo estuviese bajo sospecha. Nada es miembro de pleno de derecho de este equipo de invencibles, en el que no pueden faltar los dos últimos gigantes: Michael Phelps (18 oros y 22 medallas olímpicas) y Usaín Bolt (dos tripletes como rayo). Nos faltan tres nombres. Los seis anillos que luce en sus manos Michael Jordan, baloncesto y magia. Los siete campeonatos del mundo de Michael Schumacher. Y los dieciocho, sí, dieciocho, «majors> de Jack Nicklaus, en el golf. ¿Hasta dónde llegará Nadal? Nadie lo sabe. Su tenis es desgarrador, de un intensidad brutal. Como todos estos campeones.