Así se titula una de las obras maestras de Onetti. El pozo se ha convertido ya casi en un sinónimo de la crisis. Estamos en el pozo. No salimos del pozo. Etcétera. Pero, si es cierto que en la economía pintan bastos, lo único que nos resta es la actitud. En el pozo se puede estar dentro y recrearse con el suelo del fondo o levantar la cabeza e intentar mirar fuera. Es lo único que nos resta, porque todo lo demás ya nos lo han restado los que decidieron que a España había que ubicarla en el abismo. En el abismo estamos, pero toda crisis es una oportunidad. Está en la propia palabra. Podemos recrearnos en el desastre y ponernos solo estupendos con el opio del fútbol. Ese clásico de que por lo menos tenemos el clásico (Madrid y Barcelona). O podemos intentar ser positivos y agarrar la frase de aquel Van Gaal (tú siempre negatifo, nunca positivo) y cantar un poco nuestras excelencias, que son muchas. Somos un país líder en solidaridad. Tenemos el récord de trasplantes. Somos millonarios en creatividad, nietos de Gaudí, hijos de Miró. Las cifras del turismo son para que vuelvan a sonar las palmas en todos los tablaos. Ayuda el clima, pero el clima es nuestro, como la nieve es de los Alpes. Dejemos que otros se pongan el traje de enterradores. Nosotros a trabajar, que el entusiasmo es contagioso. Como el coraje.