El 3 de febrero del 2014 es fecha para la historia de las carreteras gallegas y aun de las españolas. Abre al completo el tramo gallego de la autovía A-8, parte de la transcantábrica. ¿Historia? En la segunda mitad del siglo XVIII los ilustrados gallegos Labrada y Sarmiento clamaban ante el poder central por un camino apto para carruajes entre Ribadeo, A Mariña, A Coruña y Santiago, por Mondoñedo y Vilalba. Tantos años después, en agosto de 1970, nace el llamado Plan de Accesos para Galicia, «región aislada del resto de la Península». Después, el Plan General de Carreteras 1984-1993 prioriza el corredor entre el norte de España y Europa. Y comienzan las obras y con ellas los aplazamientos, carencias económicas y promesas vanas de políticos de todo color, tratando de justificar lo inexplicable. Es por eso que Galicia siempre ha sido la cenicienta de España cuando de infraestructuras se trata.