El escándalo salpicó al político. Pero dijeron que había que esperar a que estuviera imputado. El político fue imputado. Pero aseguraron que no debería marcharse hasta que fuera procesado. El proceso judicial llegó, pero para aquel entonces resulta que había que aguardar a la sentencia. Si la filosofía sigue los mismos cauces, si llega una condena será considerada injusta. Culparán al juez. O al fiscal. Dirán que cabe recurso. Y habrá que seguir esperando. O desesperando.
Ese gran nudo marinero
Lo del Prestige es una madeja judicial. El proceso está pendiente de que se constate que Mangouras ha firmado el fallo. Anclado una vez más. El juicio ya demostró que los peces gordos nadan bien en aguas revueltas y que el mapamundi diluye responsabilidades. Ay, esas reformas judiciales...
De agujeros y laureles
El fútbol profesional español es ese universo paralelo donde el césar que tocaba la lira mientras todo ardía acaba de honorable embajador. Tiene que haber un agujero espaciotemporal. Y por ahí se ha colado el balón.