Hacer Estado, fortalecer la nación

OPINIÓN

05 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Que los nacionalistas se nutren de la inacción del Estado es hecho sabido. De ahí que Ernest Renan dijera que la nación es «un plebiscito cotidiano con un objetivo compartido: continuar la vida en común».

El 15 de noviembre el rey Juan Carlos inauguró en la madrileña plaza de Colón el monumento a Blas de Lezo y Olavarrieta, teniente general de la Armada española. La importancia de este acto no fue solo la de honrar la memoria de un marino, sino la de propagar entre la ciudadanía y las generaciones futuras, en espacios públicos transitados, hechos y gentes que contribuyeron a forjar y engrandecer la nación española.

En el frontal del pedestal se dice: A don Blas de Lezo y Olavarrieta, 1689-1741, teniente general de la Armada española. La nación agradecida erigió este monumento por suscripción popular, reinando S. M. el rey Felipe VI. Y en el reverso: A un gran español, abnegado servidor de la patria, invicto teniente general de nuestra Armada, defensor de la grandeza de España. Al gran marino universal de nuestras tierras vascas. Al gran hombre íntegro, ambicioso en la excelencia, desprendido de sus glorias, indoblegable en el sacrificio, ejemplo de la victoria de nuestras virtudes en la más tenebrosa adversidad. Héroe de la España de ayer, de hoy y de mañana. La patria erigió este monumento para que el recuerdo de su entrega sirva de ejemplo a las generaciones venideras.

A algunos, o a muchos, estas palabras les parecerán grandilocuentes, pero yerran los pusilánimes. Son hechos y presencias que contribuyen a construir la nación y mantener cosido el Estado. Son la argamasa de la patria común, como lo son las series de TVE Isabel y Prim, el asesinato de la calle del Turco, que reverdecen en España esa vocación tan inglesa de contar grandes episodios de la historia protagonizada.

De ahí que las gestas de gallegos, astures, cántabros, vascos, navarros, aragoneses, catalanes, castellanos, extremeños, andaluces? españoles todos que enaltecieron las Españas, sean popularizadas y honradas entre la ciudadanía, porque si a los niños y jóvenes se les enseña impunemente una historia falsa sin que el Estado lo impida o contrarreste, las consecuencias son el fortalecimiento del secesionismo y lo que constatamos estos años.

Aprendamos de los británicos, que estos días, con el príncipe de Gales a la cabeza, han tenido la osadía de descubrir en Cartagena de Indias una placa conmemorativa del ataque perpetrado en 1741 a la ciudad caribeña por una flota inglesa de 186 barcos, en la que sufrieron su más severa derrota, a manos, precisamente, de Blas de Lezo.