Los Goya de Dani y Antonio

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

OPINIÓN

10 feb 2015 . Actualizado a las 07:20 h.

Quizás hacía falta que Antonio Banderas se pusiera esas gafas enormes para ver y hacernos ver. Quizás hacía falta que dos tíos de Málaga nos hicieran poner otra mirada a la gala de los Goya. Pero ambos, cada uno con sus circunstancias, consiguieron romper una distancia que cada vez se hacía más tensa en esa ceremonia entre la gente del cine. A su manera, uno y otro fueron los protagonistas de esta edición por ponerle naturalidad sin desmerecer el trabajo del guion. Aprendido o leído. Pero currado. Antonio Banderas quiso acercarse y se acercó con los guiños de la emoción y quitándole mucha pamplina a cierta pose del quejío. Marcando el presente de un tiempo de vaivén. Y Dani le echó lo mejor que tiene: un desparpajo innato para llamarle a las cosas por su nombre sin ningún margen para la ofensa. Con lo cual, la sensación que se percibió desde casa es un poco la misma que se generó en su momento con Ocho apellidos vascos. Que hay gente capaz de desengrasar y romper los tópicos establecidos. ¡Y en los Goya los tópicos funcionan! Tanto que ya nos hemos acostumbrado a que cada uno haga su papel: el de diva, el de intenso, el de me pierde la boca, el de ?no me lo esperaba y lo tengo todo preparado?, el politizao»... Y luego está Almodóvar. Otro papelón. Cada uno sabe el que interpreta mejor. Antonio y Dani no tienen duda.