Por qué Cervantes es el mejor

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

23 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Respecto a los escritores de los últimos dos siglos, Cervantes tuvo una ventaja: nació en el siglo XVI, una época en la que todos los escritores iniciaban su educación literaria leyendo y escribiendo versos. Así educaban su oído. Por eso estos escritores, cuando luego escribían libros en prosa, lo hacían con un oído fantástico.

Estos escritores -y así fue hasta el siglo XIX- sabían que los patrones rítmicos de la prosa, siendo distintos de los patrones rítmicos de la versificación, tenían su sustrato en los versos. La prosa de Teresa de Ávila, de Luis de León y de Cervantes es musicalmente exquisita. A partir del siglo XIX, los prosistas románticos se negaron a leer versos. Se especializaron en escribir una prosa carente de la menor educación musical y perpetraron unos mamotretos, a veces, surtidos de una trama excelente.

Y, desde luego, triunfaron -y siguen triunfando- porque su público tiene, naturalmente, una educación musical de su oído incluso inferior a la de estos autores. Por tanto, este público, musicalmente casi analfabeto, no sufre con esta carencia musical del texto.

Veamos un solo ejemplo de un gran escritor del siglo XX: Miguel Delibes. Como él mismo reconoció públicamente, no sabía leer un poema. Por eso su prosa es musicalmente muy dura.

Cervantes, autor de más de ocho mil versos -y muchos de ellos, espléndidos-, fue completo. Su visión de la vida y del mundo es extraordinaria. Su humor es genial. Y la música de sus textos, en verso y en prosa, es fascinante.