O no. Cañete había levantado la tapa de la caja de Pandora al decir que nos duchábamos por encima de nuestras posibilidades. Que había que ducharse en agua fría. Con este verano de horno, el cuerpo pide baño y ducha y lo que haga falta. Pero ¿es el español tan limpio como se dice? Los pocos estudios que existen indican que, en efecto, una mayoría de españoles somos de ducha diaria. O casi. Con la ola de calor, de varias duchas si hace falta. Y es que la ducha es una dicha. Pero el problema es la sequía. Aunque los colectivos ecologistas siempre apuntan a que el drama en nuestro país es el regadío descontrolado. Los mismos estudios subrayan que los pueblos que menos se duchan son los japoneses y los chinos. Y en Europa se nos aproximan los franceses, pero si tiramos hacia las islas británicas o los países nórdicos la frecuencia baja. Es un clásico que los chavales que hacen intercambios en verano para aprender inglés se quejan de que en sus familias de acogida no les dejan ducharse todos los días, como están acostumbrados a hacer en sus casas. Y es que la limpieza va por países. Otro estudio señala que las mujeres se lavan más que los hombres. Son más higiénicas, salvo, atención, en Suecia, donde los suecos van por delante de las suecas. España no solo somos de los países en los que se ducha más la gente. También somos los que más tiempo nos gusta estar bajo el agua. Mientras la OMS (Organización Mundial de la Salud) dice que hay que ducharse como mucho cinco minutos, nosotros nos tiramos con las abluciones entre diez y quince minutos. Con el calor con el que ha debutado este verano, como para no soñar con esa agua refrescante que nos salva del ahogo y nos devuelve el aliento.