España se merece política y moderación

Daniel Ordás
Daniel Ordás LA MIRADA EXTERIOR

OPINIÓN

12 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya está. Ya hemos dejado la gestión y el destino de España en manos de jueces, abogados, fiscales y policías. Se acabó la campaña electoral del 20D antes de empezar y los que deciden la agenda política de 47 millones de españoles son los chicos antisistema de la CUP. Ellos deciden lo que declara el Parlament, ellos deciden quién gobierna en Cataluña, ellos imponen al Gobierno central las acciones legales y ellos deciden el debate y desarrollo de la campaña electoral española.

La situación actual no solo era previsible, sino que era deseada por algunos en ambos bandos. El catalanismo independentista ha aniquilado el catalanismo moderado y los inmovilistas han logrado aglutinar a todos los no independentistas.

Por supuesto que ahora no queda más remedio que tirar de tribunales y cuerpos de seguridad, pero ¿cuándo volveremos al campo político?

La necesidad de actualizar la Constitución se conoce desde mediados de los años ochenta del siglo pasado. La crisis institucional cumple estos días ocho años. El desafío independentista se ve venir desde hace más de cuatro años. La necesidad urgente de poner propuestas de reforma constitucional sobre la mesa es patente desde las elecciones europeas del 2014. El choque de trenes entre Artur Mas y Mariano Rajoy es inevitable desde el 27 de septiembre, pero ahora de repente todo son improvisaciones y sorpresas. Parece que nadie lo veía venir.

Podemos detener a 1a presidenta del Parlament. Podemos rechazar a los 13 miembros de Govern, cuando se elijan. Podemos expulsar a los 72 diputados independentistas. Podemos ningunear a los dos millones de catalanes que los votaron. Podemos suspender la autonomía a 7.500.000 españoles. Todo esto lo podemos y probablemente tendremos que hacer, por no haber hecho nada antes.

Me asusta mucho escuchar las tertulias de estos días en televisión. Ambos bandos siguen monologando, cada uno en su rincón. Ninguna parte está dispuesta a ceder parcialmente ni a reconocer errores, y lo que es peor, los que deberían haber hecho propuestas alternativas concretas han desaparecido del mapa.

El escenario ideal para los independentistas es que entre en el Parlament la Guardia Civil con una orden de detención y se lleve a la presidenta; que la campaña del 20D se centre solo en un «quien castiga más a Cataluña», para que suba un poco más el victimismo; y, por último, que en las elecciones generales los catalanes ratifiquen la mayoría de CDC y ERC.

El escenario ideal para los unionistas es que el PSOE y Podemos formulen propuestas concretas alternativas al modelo autonómico actual y que, de este modo, parte del voto independentista se reoriente el 20D. Las posiciones del PP y de Ciudadanos son muy claras en el tema de la estructura del Estado y son perfectamente legítimas, al igual que son claras las de los independentistas. Unos dicen que no hay que cambiar nada y otros que se acabó todo, pero ¿dónde están las propuestas de los que deberían concretar los matices? ¿Cuándo nos explicarán aquella tercera vía y el federalismo?