Podemos, Patxi López y lo demás

OPINIÓN

15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A falta de ideas, imágenes en esta modernidad líquida que ha definido Zygmunt Bauman. Por eso, en su necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil que haga frente a las distintas mutaciones por las que la podemita Carolina Bescansa ha de pasar en su vida, el miércoles nos enseñó sin ningún pudor a su hijo de frente, de perfil y de espalda, in situ y en directo por televisión desde el Congreso de los Diputados y para todo el mundo. ¿Pero no hay que proteger la identidad de los menores de edad?

Naturalmente eso no va con Podemos y sus campistas porque, aunque la institución tiene guardería y hasta servicio de urgencia para casos de progenitores que no la usen a diario, Bescansa no dejó ni un minuto de posar con su bebé y hasta de pasárselo a sus colegas de formación, mientras se realizaban las votaciones en urna para elegir al presidente del Congreso de los Diputados, puesto al que ella optaba y para el que consiguió 71 votos, más 1 para su encantador Diego, de seis meses. Quizás no salió elegida porque no dejó claro si aspiraba con su retoño a una presidencia coral y dos sueldos. No consiguió el puesto, pero sí que el protagonista de la jornada fuese su vástago y no el socialista Francisco Javier (Patxi) López Álvarez, elegido presidente con el menor apoyo de toda la etapa democrática: 130 votos (PSOE y Ciudadanos).

Y mientras esperamos con impaciencia el momento en que Bescansa cambie los pañales en el hemiciclo y comprobemos su técnica y la de su padre en estos menesteres, bueno es recordar que Patxi López debe al PP los dos cargos públicos más importantes que ha ocupado en su vida. Los populares le otorgaron gratis la presidencia del Gobierno vasco (2009-2012) sin pedirle nada a cambio y ahora, con su doble abstención, la presidencia del Congreso. Cabe pensar que si por él fuese y ya que es hombre de consenso y corresponder, el PSOE dejaría de negar al PP el pan y la sal y cejaría la obsesión de su secretario general por sacar a Rajoy de la Moncloa y de paso salvarse él.

Despejado el tercer empleo del Estado y la composición de los nueve miembros de la Mesa del Congreso, con mayoría entre PP (3) y Ciudadanos (2), frente a PSOE (2) y Podemos (2), estamos más cerca de tener presidente del Gobierno o nuevas elecciones generales. Las posiciones siguen inalterables: oferta de Mariano Rajoy a PSOE y Ciudadanos para gobernar él con un programa conjunto que contemple todas las reformas necesarias, incluidas las constitucionales que solo se pueden hacer con la mayoría absoluta del PP en el Senado, e intento de Pedro Sánchez de formar una superioridad con Podemos y Ciudadanos, más el refuerzo del PNV (al que le ha cedido gentilmente un puesto en la mesa del Senado), siempre que Pablo Iglesias, que se sintió «muy decepcionado» con Sánchez, renuncie a celebrar referendos de secesión en Cataluña, Galicia, País Vasco, Valencia, Baleares y hasta en Castilla y León.

Patxi López ha expresado su confianza en que «la legislatura sea larga y fructífera» y su compañera de partido y vicepresidenta tercera de la Mesa, Micaela Navarro, en que las formaciones que han alcanzado el pacto para elegir al primero «sigan siendo capaces de administrar el resultado de la elecciones». Todo anfibológico, pero todo posible.