Con bastón blanco hasta octubre

Jaime Miquel
Jaime Miquel AL DÍA

OPINIÓN

PEPA LOSADA

15 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los espacios electorales están definidos desde hace más de dos años y, rehabilitado el PSOE, la situación electoral es estable en el sistema general y en el vasco, no tanto en el catalán. El barómetro de julio del CIS informa sobre un resultado de los socialistas similar al del 26J, pero también sobre tasas muy altas de fidelidad de voto de las cuatro formaciones que compiten en el ámbito estatal, el PP, el PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos y las confluencias. La situación es algo diferente a la de hace unos meses, porque estos cuatro contendientes se han acercado entre sí; en medio millón de votos se decide ahora quién aventaja a quién en cada ámbito y qué lado suma 176 escaños. Sin embargo, las cosas evolucionan con normalidad: el PSOE se ha alejado del abismo electoral y cada cual ocupa su espacio. 

Aunque otra cosa es la percepción del elector. Javier de Diego y otros que nos siguen en Twitter preguntan ahora qué es lo que está haciendo mal Unidos Podemos. Algún problema de comunicación desde luego que tienen los posibilistas, porque las cosas no les van nada mal. Las encuestas coinciden en situar a UP y las confluencias en el umbral del 20 %, con casi cinco millones de votos y un par de puntos por detrás del PSOE. Quizá ahora en el 20,3 % y aquellos en el 24,9 %, como dice el CIS y por esto las preguntas. Aunque da lo mismo, porque el bloque izquierdo es estable, no tiene por qué haber elecciones ni existen escenarios en el medio plazo.

Con los datos que tenemos, sobre el medio plazo aquí nadie puede tener ni idea. Lo que sabemos es que los números serán otros después de los sucesos de octubre de Cataluña, pero nadie puede decir qué contenido, intensidad y duración tendrán esos sucesos, y menos aún qué escenarios electorales quedarán en España y en Cataluña, sea independiente o no. Sea lo que sea, serán sucesos distintos y asombrosos en esta Unión Europea del siglo XXI donde hay reglas e instrucciones para todo. Esto sí que lo sabemos, y tanto más peligrosos para Rajoy cuanto más asombrosos sean. Porque Pedro Sánchez, que es plurinacional, quiere ser presidente. Y lo del PNV tiene sus límites; ni el grano que nos da Mariano ni historias, le dirán a Aitor Esteban en su casa como asombren mucho los sucesos.

Bonito está, desde luego. Lo que sentimos es no tener ni idea de lo que pueda pasar para comentarlo con ustedes. Aunque ya iremos viendo, porque se empiezan a producir cambios diferentes en el lado derecho del sistema general, donde el elector se distancia de la corrupción, aunque quizá aún más de esta cultura autoritaria del PP que se ha agotado por completo en su poder explicativo. Las cosas se defienden con razones y el presidente solo esgrime una para explicar el follón en que nos ha ido metiendo su partido desde las firmas contra Cataluña y el recurso contra el Estatut: «Porque lo dice la ley». Lo que diga la ley no es razón suficiente si el consenso que contiene ya no existe, porque se cambiará; son leyes, no mandamientos.