Olvidé cancelar el mariachi

OPINIÓN

José Méndez

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El placer culpable del verano es la mexicana La casa de las flores, un acierto de Netflix a la hora de alicatar un culebrón tradicional y convertirlo en una de sus ficciones más frescas. Las convenciones de las telenovelas suelen apelar a cánones clásicos y están hechas para sufrir. La serie Paquita Salas bromea con ello cuando una de sus actrices consigue un papelito en El secreto de Puente Viejo y debe decir, en tono grave, una rimbombante frase: «Ya me barruntaba yo lo que aconteció en Otero...».

La telenovela mexicana de Manolo Caro está hecha para reírse mucho con los enredos del amor y el desamor en todas sus formas con un nuevo acento. Lo mejor es el tono de voz, entre cómico y adormecido, de Paulina de la Mora, personaje interpretado por Cecilia Suárez. Una de sus frases icónicas, «ol-vi-dé can-ce-lar el ma-ria-chi», que pronuncia cuando una banda de músicos irrumpe en la casa donde acaba de morir un personaje, llena las redes sociales de vídeos que intentan imitarla, separando las sílabas con un matiz entre la complacencia pija y la serenidad artificial proporcionada por los ansiolíticos. Una voz que no estaba en el primer tráiler ni en la versión inicial de los primeros capítulos.

Si La casa de las flores se está convirtiendo en la serie sorpresa del verano es también por la brevedad de sus episodios, que favorece el consumo casual en el dispositivo que se tenga más a mano para pasar veinte minutos bien aprovechados.