Hagan caso a Tráfico de una vez: tiren el móvil

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Oscar Vázquez

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No hace falta tirarlo por la ventana. Pero cuando se pongan al volante tiren el móvil en la guantera. Se harán un favor. Es una buena manera de evitarse la tentación de cogerlo, de utilizarlo, de ponerse a hablar por él. Hoy mi compañero José Manuel Pan cuenta en La Voz que el uso y abuso del móvil les costará hasta seis puntos del carné.

Pero no es por esa sanción por lo que tenemos que desintoxicarnos del móvil en el coche (deberíamos moderar su abuso también en la vida: ayer leía un genial letrero en un restaurante No tenemos wifi, hablen entre ustedes). Es por lo que narran de forma cruda y ruda los nuevos anuncios de Tráfico: un guasap puede terminar con tu vida y con la vida de los que van en tu coche. O con la vida de los que vienen de frente en otro coche, o de los que están en el vehículo que va detrás. O con la del peatón que solo paseaba por ahí.

Demasiadas vidas para jugársela con algo tan absurdo como contestar a un emoticono. O para hacer aún más viral la última ocurrencia. O para decir a quien te espera que ya estás llegando. Antes no íbamos anunciando nuestra llegada cada minuto. O para estar híper conectado con el trabajo por culpa de esa oficina adosada en que se ha convertido el aparatito. Con el horario de madre de 24 horas por siete días. El hecho es que se han incrementado los choques frontales sin aparente explicación salvo la distracción.

¿Quién no conoce a alguien que ha usado el móvil en el coche? Solo, un segundo. Un momento. Pero ese momento a veces cuesta años en la guerra del asfalto.

No compensa jugársela. Hasta los dispositivos que se conectan al coche, siendo mucho mejor que usar el móvil con los dedos, también perjudican a la atención. Piensen: ¿cuántas veces han mantenido varias conversaciones conduciendo y no recuerdan cómo ni cuándo ya han llegado al trabajo? Pues han hecho kilómetros y kilómetros tirando de la tecnología y, no lo duden, de la suerte. Así de claro.

Reflexionen. Todos por desgracia sabemos las consecuencias de un accidente. Esa línea dramática que marca un antes y un después irrecuperable. El amigo que se perdió. Que solo sobrevive en los recuerdos, en alguna foto antigua de un equipo de fútbol. O las secuelas físicas y psíquicas de haber vivido en directo un golpe.

No estén el resto de sus vidas lamentándose de ese gesto instintivo, irracional, de contestar a un aparato que al vibrar parece que nos obliga a detenerlo todo para enviar el enésimo mensaje de una jornada, muchos de ellos terriblemente parecidos. Seamos sensatos, eso que casi no existe en nuestra sociedad de ruido y prisa.

Justo ayer que Tráfico contaba que endurecerá sus sanciones, fallecía Stan Lee, el genio que creó un montón de superhéroes. De Spiderman a Hulk. De Thor a los X-Men. Ni ustedes que leen ni yo que escribo somos esos superhéroes. No nos salvará una telaraña en el último instante. Ni convertirnos en Hulk. Por ponernos al día tenemos muchas posibilidades de comunicar para siempre.