Seis novios para siete hermanas

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés LA TIRA DE EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

XOAN A. SOLER

10 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En un primer acercamiento, la encuesta de Sondaxe sobre las próximas locales apunta a que en las llamadas siete grandes ciudades de Galicia habrá después de mayo pocos cambios: salvo en Ferrol, cuya alcaldía pasaría de Ferrol en Común al PP, y en Ourense, donde la alcaldía popular dependería del lado hacia el que Democracia Ourensana inclinara la balanza, al final, como en la canción de Julio Iglesias, la vida sigue igual: el PSdeG-PSOE mantendría Vigo (¡con 18 concejales!) y Lugo, las Mareas seguirían con el bastón de mando de A Coruña y de Santiago, y el BNG gobernaría, como desde hace ¡20 años!, Pontevedra.

La letra pequeña de la encuesta (es decir, sus números, vistos en detalle) indican, sin embargo, significativas tendencias generales de las que cabe extraer, a su vez, conclusiones de valor político notable. La primera tendencia es la bajada del PP, corta, pero general, en todas las ciudades, salvo en Ferrol. De igual modo, y excepto en Pontevedra, Vigo y Ourense, donde se mantienen, las Mareas pierden concejales en las restantes ciudades, entre ellas las tres donde gobiernan. La tendencia contraria es la del PSdeG-PSOE, que aguanta en Ferrol y Pontevedra, y sube en las demás ciudades, aunque en ninguna más de un concejal. Y la del BNG, que, aunque no logra entrar en Ourense, se mantiene en Santiago y Ferrol, sube un concejal en Pontevedra, Lugo, A Coruña y logra con otro entrar en Vigo. Hasta aquí los datos.

Vayamos, pues, con las conclusiones. La primera es que, como la nave espacial que llamaba a su base en Houston (Texas), en el PP tienen un problema, pues su hegemonía en autonómicas no se traduce en las siete hermanas, bien sea por la caída de su intención de voto en toda España, la mala elección de candidatos, la ausencia de aliados o, como es más probable, por todo ello al mismo tiempo. Ni Vox, que, según Sondaxe, conseguiría entrar en Lugo y en Santiago, ni Ciudadanos, que solo se quedaría fuera en Vigo y en Santiago, alcanzan a compensar la caída popular. El caso de Las Mareas es distinto, pues, pese a su bajada, conservarían, a base de pactos, las alcaldías de Santiago y A Coruña, lo que no es poca cosa después de una gestión mala o desastrosa.

Los datos socialistas solo pueden alegrar a sus dirigentes desde el ciego optimismo. Y es que con la excepción de Lugo y de Vigo (la próxima novela de su alcalde podría titularse, emulando a Ramón J. Sender, Mr. Caballero en el cantón) lo cierto es que el concejal que ganan en cinco ciudades y su mantenimiento en dos no los sacan del pozo de la irrelevancia en el que están, en gran medida por efecto de su suicida estrategia de apoyar las alcaldías de sus competidores. Y lo mismo cabe decir del BNG, que, salvo en Ourense, se mantiene o sube un concejal, pero sin dejar de ser una fuerza marginal en comparación con Las Mareas, que le han ganado la posición en su tradicional espacio electoral.