Portugal tiene hoy una economía más fuerte

Manuel Caldeira Cabral, exministro de Economía de Portugal FIRMA INVITADA

OPINIÓN

MARIO CRUZ | efe

07 oct 2019 . Actualizado a las 11:24 h.

Cuatro años después del inicio del gobierno de António Costa, la economía portuguesa está mejor. El desempleo bajó la mitad, cayendo del 12,5 % hasta el 6,2 %. La inversión y las exportaciones crecieron un 20 %, colocando la economía portuguesa por encima de la media de la Zona Euro, algo que no sucedía desde 2001. Portugal consiguió estos resultados a la vez que redujo el déficit del 3 % del PIB al 0,2 %, y que bajó el nivel de pobreza a mínimos históricos.

Este crecimiento reforzó los lazos económicos entre Portugal y Galicia, con las exportaciones gallegas a Portugal aumentando un 31 % en solo tres años. Portugal consolidó la posición de segundo mayor cliente y segundo mayor inversor de la región gallega, con lo que se extendió la cooperación a nuevas parcelas en el turismo, expresamente en la promoción de los caminos de Santiago.

La mejoría de la situación económica de Portugal se logró con una política diferente de la que estaba siendo implementada anteriormente, que seguía las orientaciones de la Troika. Portugal acabó con la política de austeridad, centrada en la reducción del déficit con base en el aumento de las tasas de impuesto y en los recortes en los salarios, pensiones y apoyos sociales, e implementó una política que mantuvo el esfuerzo de mejoría de las cuentas públicas, pero promovió un mayor crecimiento de la economía de tres formas: por la reposición gradual de los rendimientos, y en particular de los rendimientos de los más pobres, con aumentos de los salarios y pensiones, el aumento de los apoyos sociales y una disminución de las tasas de impuesto sobre el trabajo; por la promoción del aumento de la inversión -con incentivos fiscales, la movilización de apoyos comunitarios y un refuerzo de la financiación a las empresas, con el programa Capitalizar-, un programa de aumento del acceso a financiación para las pequeñas y medianas empresas y un incentivo a la inversión y al refuerzo de la rentabilidad y de la capitalización de las empresas; y por el refuerzo de la competitividad -promoviendo una política industrial activa de apoyo a la innovación, valoración de los trabajadores, reducción de costes de contexto y refuerzo del apoyo a la internacionalización, con base en programas integrados como la estrategia para el Turismo 2027, los programas Startup Portugal, Industria 4.0, Interface e Internacionalizar-.

La política de reposición de los salarios, de las pensiones y de los apoyos sociales (que habían sido cortados con la Troika) aumentó la confianza de los consumidores y de los empresarios sobre la solidez de la recuperación económica, creando las ganas de volver a invertir. El refuerzo de la financiación y de los incentivos fiscales a la inversión, del Programa Capitalizar, permitió a la empresas concretar nuevas inversiones para aumentar la capacidad de exportación.

Los programas que promovieron el descenso de los costes de energía, la simplificación y modernización administrativa, el refuerzo del apoyo a la innovación y a la digitalización mejoraron la competitividad de toda la economía. El trabajo hecho en el turismo logró que, con las recetas, el sector creciera un 45 % en tres años. Y el programa de movilización de las empresas tecnológicas (Startup Portugal) trajo un fuerte crecimiento del número de startups portuguesas y de inversiones de las grandes empresas tecnológicas en Portugal (Google, Amazon, Vestas, Zalando, Bosh), que creó más de 40.000 empleos altamente cualificados en el país.

Las políticas desarrolladas resultaron en más crecimiento y más empleo, con lo que la economía pasó de cuatro años de crecimiento medio negativo a un crecimiento del 2,7 % al año en los últimos tres años. Portugal pasó de una situación en que durante 15 años creció siempre menos que la Zona Euro para pasar a crecer más que la Zona Euro en toda la legislatura, algo que, en 2015, no constaba en las previsiones de ninguna institución internacional.

En los últimos cuatro años Portugal entró en un ciclo de mayor crecimiento, pero también de mejor crecimiento, habiendo conseguido un patrón de crecimiento diferente del de períodos anteriores, con un crecimiento: más sostenible, una vez que fue motivado de forma más acentuada por la inversión y por las exportaciones; más equilibrado, al ir acompañado por la reducción del déficit y del endeudamiento público y privado; y más inclusivo, con la mayor reducción de la pobreza y exclusión social registrada desde que existen datos.