La paz interior de Mahatma Torra

OPINIÓN

Andreu Dalmau | Efe

23 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A los hombres de paz interior como Quim Torra -estrepitosa definición, esta, de su consejero Buch- se les desenmascara con el clic de una cámara. Si este retrato tomado ayer llevara título, sería corto: Odio. La atmósfera de la foto recoge información relevante: se ve que al Torra político le quedan dos o diez telediarios, y un programa de risa enlatada como ese en el que un sirviente abre la puerta y le dice que Sánchez no se pone. O sea, Gila es inmortal, pero Torra se ha enterado de que no. Es como si sobre este señor hubiese escrito Ernst Jünger su distopía Eumeswill: «El tirano sabe organizar manifestaciones populares, provocar tumultos para luego pacificar la situación; sabe mover a los otros sin moverse de su sillón». Hasta que se lo mueven. A Pazinterior Torra -que en la excel de tiranos no saldría por minúsculo, no por no proponérselo- el sillón se lo moverán, más pronto que tarde, los socios, los jueces o las urnas.