España, capital Barcelona

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUIERIDO MUNDO

OPINIÓN

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10 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Si Pedro Sánchez sigue complaciendo a Quim Torra con reuniones en una mesa de negociación, porque «la ley no basta», yo no diría que Barcelona vaya a ser la capital de España, pero sí que alguien podría estar imaginando una extraña bicapitalidad, a la medida de los intereses del presidente Sánchez y su afán de consolidarse en el poder. Porque a Pedro Sánchez puede faltarle talento político, pero no osadía. Tiene claro lo que quiere, tanto en las formas como en el fondo, y no muestra intención de plegarse ante las dificultades. Es decir, hará todo lo necesario para no ser Pedro El Breve.

Podemos observar que Quim Torra recibió a Sánchez bajo una pancarta de los presos y como a un jefe de Estado extranjero. ¿Normal? El líder del PP, Pablo Casado, protestó airadamente y acusó a Sánchez de «rendir pleitesía al inhabilitado Torra» porque necesita «el oxígeno de los secesionistas». Y, mientras, los Jordis saldrán ya de la cárcel con aplicación del artículo 100.2 y solo tendrán que volver para dormir. En esto estamos. Algo perplejos, cierto. Porque Sánchez sigue avanzando a oscuras con un farolillo que le presta Miquel Iceta, primer secretario del PSC y las sugerencias que le brindan desde ERC, partido que facilitó su elección como presidente del Gobierno.

¿Adónde nos están llevando? Todavía no está muy claro, y me temo que aún tardará en saberlo. Recuerdo una frase de Jordi Pujol cuando me recibió con motivo de los Juegos Olímpicos en Barcelona (1992). Estaba orgulloso de la modernización de la ciudad que había podido hacer con motivo de la magna cita, y me la fue explicando en detalle. Después me despidió con un montón de folletos y libros. Tomé un taxi para ir a una comida con el alcalde socialista Pasqual Maragall y, en el trayecto, hojeé los textos facilitados por Pujol. Para mi sorpresa, casi todos estaban solo en catalán e inglés. Se lo comenté a Maragall, quien sonrió y me dijo: «Cosas de Pujol. Ya sabes cómo es». Ha pasado el tiempo y muchos seguimos sin entender casi nada. Tampoco lo de ahora.