Investigación, innovación y orujo

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

Sandra Alonso

07 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo empezó cuando Manolo llegó a casa después de ir al centro de salud. «Qué dixo o médico?», le preguntó Angelita. «Teño a tensión alta», respondió él. Pero cuando ella se acercó percibió un profundo olor a alcohol y exclamó: «Ti o que fuches foi a o bar, apestas!». A lo que Manolo contestó: «Eso ten que ser do xel de lavar as mans». El buen hombre no mentía.

Según contaba La Voz, la Guardia Civil detuvo a dos personas de la comarca de Barbanza por comercializar un falso gel hidroalcohólico que mezclaban con aguardiente, y ha desmantelado un laboratorio clandestino en Boiro en el que elaboraban un producto que carecía de poder desinfectante y que fue adquirido principalmente por centros de salud y hospitales.

En el transcurso de la operación Quimigel se realizó un registro en la nave boirense que permitió a la Guardia Civil localizar 400 litros del falso producto hidroalcohólico ya envasado. Además, se incautaron de otros 6.400 litros del desinfectante realizado con aguardiente, ya distribuidos en centros médicos españoles. Muy fuerte.

Vamos a ver. Es difícil encontrar un caso de tan rápida adaptación al mercado reconvirtiendo la producción de orujo en gel hidroalcohólico. Es verdad que todo esto se realizaba en una nave avícola, que el contenido en alcohol del gel era solo del 25 %, pero hay que reconocer que esos tipos son unos fenómenos de la innovación.

Cualquier persona normal confinada con tan gran cantidad de orujo se dedicaría a reírse de la curva de contagios, entre chupito y chupito, pero ellos no. Prestos, hablaron con el departamento de investigación y desarrollo de la nave para ver cómo podían contribuir a controlar la pandemia y así surgió el «hidrogel de orujo», un producto dispuesto a revolucionar el mercado de los geles desinfectantes.

Según he podido saber, las colas para lavarse las manos en los centros de salud eran extraordinarias, y en algún caso ha habido bastonazos para acceder al orujo. Dos ancianos de la comarca del Barbanza se bebieron unos tragos del gel y al volver a casa dieron positivo en un control de alcoholemia; varios padres consultaron a los pediatras por el comportamiento extraño de sus niños que entonaban sin control el famoso «Fuches ti, fuches ti...».

Lo único que no entiendo de todo esto es la rentabilidad del negocio. Si el alcohol desnaturalizado es cuatro veces más barato que el aguardiente y el hidrogel alcohólico no es más que una mezcla de 72 % de alcohol y 28 % de agua, emulsionados junto a un gelificante, a mi no me salen las cuentas. Tal vez la venta directa del orujo mejoraría sus cuentas, pero, claro, eso no saldría en la prensa.

En fin, lo importante de esta noticia es que nos muestra que en cualquier rincón de Galicia pueden surgir nichos para los emprendedores dispuestos a arriesgar y dar salida a nuestros productos autóctonos. Hemos empezado con el orujo, pero yo les sugeriría seguir con el licor café, fabricar mascarillas de grelos o respiradores con forma de gaita. Manda carallo!