Contra la obesidad, alimentos ricos en polifenoles

María Puy Portillo, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición EN VIVO

OPINIÓN

Kai Försterling

12 nov 2020 . Actualizado a las 16:59 h.

La obesidad es una enfermedad cuya prevalencia está aumentando de manera alarmante a nivel mundial, alcanzando proporciones epidémicas. Según la OMS, su diagnóstico crece a una proporción de 30 millones de casos anuales. En España, la prevalencia del sobrepeso afecta a entre el 54 y 61 % de la población, y la obesidad, entre el 17 y 24 %. Hoy conmemoramos el día mundial contra la obesidad, una enfermedad de extremada complejidad debido a que su origen puede depender de la interacción de factores genéticos o ambientales. No siempre le prestamos toda la atención que corresponde, pese a que es responsable de muchas patologías. Como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares, que están asociadas al sobrepeso y conducen a una mayor incidencia de mortalidad en nuestra población.

Para prevenir la obesidad es fundamental mantener unos hábitos y estilo de vida saludable, tales como una dieta adecuada y ejercicio físico frecuente. Una pérdida de peso moderada y 30 minutos de actividad física diaria pueden mejorar significativamente los factores de riesgo metabólico asociados a la obesidad. Dentro de la pirámide de la dieta mediterránea encontramos alimentos ricos en polifenoles naturales (sustancias de origen vegetal con poder antioxidante), que son en parte responsables de los beneficios para la salud asociados a este patrón de alimentación. La fruta, las hortalizas, el aceite de oliva, el vino, el té, la cerveza o el cacao contienen estos antioxidantes beneficiosos. Efectivamente, la cerveza y el vino son bebidas fermentadas ricas en polifenoles y con un alto poder antioxidante y su consumo puede ser interesante siempre que se haga acompañado de alimentos, en el marco de una dieta mediterránea, por adultos sanos y con moderación. Los alimentos ricos en polifenoles contribuyen a cuidar nuestra microbiota intestinal, que se ha erigido como un eje central para el organismo.

Existe evidencia científica que nos indica que un consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, podría implicar una mayor diversidad bacteriana y ello podría derivar en una mejor salud intestinal y metabólica.