Solo te pido...

Miguel Lorenzo Torres OTRA MIRADA

OPINIÓN

DANI GESTOSO

16 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo te pido… Solo te pido… Que me hagas la vida agradable… si decides vivirla conmigo». Es la letra de una de las populares canciones que sonaban en toda verbena o fiesta patronal de Galicia que se preciase. Como consecuencia de la pandemia las fiestas parroquiales que tanto arraigo tienen en nuestra tierra, y que siempre iban acompañadas del sonido de una orquesta, quedaron suspendidas. El parón afecta a un sector importante no solo porque nos alegra la vida y el alma, sino también por los numerosos puestos de trabajo que creaba. En la situación actual se ve abocado al cierre y está en serio riesgo de desaparición.

El inicio de la pandemia les llegó en un momento delicado, en lo que llaman la «temporada baja», pero que también es un tiempo en el que muchas orquestas realizan grandes inversiones para los eventos de la campaña de verano.

En el sector se movían con una rivalidad sana, azuzada también por un público fiel. Por ello apostaban por grandes inversiones tanto en camiones, aparatos de sonido y luces. Se trataba de verdaderos espectáculos ambulantes que los ayuntamientos se rifaban para su contratación. Muchas de estas fiestas populares ejercían sus atractivo sobre todo por la categoría de las orquestas que atraían, detalle que aseguraba el éxito de público y también fortalecía toda la actividad económica y social que ello conlleva (las pulpeiras, las míticas rosquilleiras de las romerías…).

Este sector, que tanto trabajo ha hecho por la promoción y divulgación de la fiesta popular gallega, está en grave peligro. El cese de su actividad se inició en marzo, pero en realidad para la mayor parte de los trabajadores se arrastraba desde finales de octubre, debido al carácter estacional de su ocupación. Muchos de ellos agotaron sus prestaciones en la temporada invernal y no pudieron recuperar sus ingresos habituales en la temporada alta. Ahora la situación por la que pasan es muy complicada.

Por eso es necesario adoptar medidas concretas para salvar nuestras orquestas. Las ayudas deben destinarse a las empresas del espectáculo por las inversiones realizadas o los créditos solicitados que ahora tantas dificultades tienen para asumir. Pero también debe articularse un apoyo a los trabajadores que, debido a la intermitencia y temporalidad de su trabajo, consumieron sus prestaciones antes de la pandemia y ahora no reúnen los requisitos para acceder a las ayudas extraordinarias.

Hay que hacer un esfuerzo desde los concellos para que puedan volver a contratar a estas orquestas, para que vuelva a sonar la música, siempre con el estricto cumplimiento de las medidas y protocolos que sean necesarios. Debe hacerse no solo por lo que supone de alegría para el alma, sino porque Galicia no puede permitirse perder esta riqueza. Muchos trabajadores del sector lo están abandonando para buscar faena en otros ámbitos laborales. Es cuestión de todos apoyarles para que, parafraseando la canción de Manolo Escobar, nos sigan haciendo la vida agradable.