
Los malos resultados del PP en las elecciones catalanas se han cobrado la primera víctima. No fue el secretario general, García Egea, como parece que pedían algunos barones regionales. Pablo Casado no se anduvo con contemplaciones y tan solo unas horas después del recuento decidió cesar a toda la sede del partido; a Génova 13. A sus siete plantas. Una decisión elogiada y aplaudida por sus afines por entender que el edificio, que todo indica que se pagó fraudulentamente, es la fuente de todos los males de los populares. Para que luego digan que Casado no tiene carácter. Tras esta traumática decisión, ya no puede decir Álvarez de Toledo que «defraudó las esperanzas puestas en él».
Así que, una vez ejecutado el cese de la sede, arranca una nueva etapa para el partido que está llamado, antes o después, a gobernarnos; como ya hizo anteriormente. Y echa a andar con la convicción de que lo importante y lo que lo llevó a la situación en la que está se hubiese solucionado mucho antes de haber sido más contundente con el emplazamiento.
Casado cosechó en su corta estancia al frente de los populares los peores resultados electorales. Y lo hizo desde Génova 13, aunque bien podría haberlo hecho desde la playa de Arealonga. Pero él y los suyos entendieron que ese era el problema, y, una vez detectado, no dejaron pasar ni un día. El emblemático edificio que acogió mil y una tropelías es ya historia.
Y a partir de ahora tiene Casado las manos libres para avanzar con éxito. Puede pactar hoy con el facherío y mañana criticar el 1-O catalán; seguir echando todos los males sobre la espalda de Sánchez y no molestarse en hacer una propuesta para combatir el coronavirus. Le basta con haber abandonado Génova. Y, por supuesto, puede obviar a quienes le piden diagnósticos, resultados y un proyecto de partido diferente del actual, que es el de «que se aparte Soraya que ya voy yo».
Vista la gestión de Casado al frente del PP, y la resolución con la que aborda los problemas, no nos sorprendamos de que al conocer los resultados de próximas selecciones decida cesar el palo de la banderola que luce en la fachada. Su capacidad de decisión y su determinación son admirables.