Nos ha «dividío», así está media España ahora mismo, moviéndose en ese «tratrá» que nos encanta. Unos elevando a C. Tangana al podio de los más grandes, y los otros, tirándolo por el suelo malamente. El rey del trap se ha convertido en el rey del mambo, dicen los que lo critican, porque ha recuperado la música «de nuestros padres». Y ahí están los otros, entre los que me incluyo, para dar palmas a este disco de El Madrileño que ha entrado en las casas para contentar tanto a los hijos de 12 como a las madres de 50 y a los abuelos de 70. Lo que hay detrás es ese talentazo de Antón, de Pucho, que ni canta bien ni toca nada, pero, como contaba el cronista del caso de Lola Flores, no te lo quieres perder. Porque ha dado con ese punto fresco y nuevo de la calle, envolviendo las letras de hoy con toda la tradición que le hace sombra. Y ahí, en ese exitazo Rosalío, C. Tangana ha conseguido que en un solo día su disco haya sido lo más descargado en Spotify con cinco millones de reproducciones. En ese subidón están los que alaban la mezcla de estilos y la buena vibra de los clásicos (de Gipsy Kings a José Feliciano pasando por El Pescaílla y Calamaro), y del otro, los puristas que ya no ven en C. Tangana nada del rapero que fue. Si lo fue. Desde este nuevo cante jondo, que tanto les jondía a muchos de Rosalía, se nos descubre ahora C. Tangana para dar que hablar. Españoles, ahí va otro que nos ha dividío.