«Somos mayores de 80 y no entendemos por qué no nos llaman para vacunarnos»

Cartas al director
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OPINIÓN

MIGUEL VILLAR

08 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin vacuna para los mayores de 80 años

Mi padre tiene 84 años y a día de hoy, 7 de abril, no ha recibido la primera dosis de la vacuna contra el covid. Es mutualista de ISFAS. Hemos registrado unas 15 incidencias en el teléfono del Sergas. Confirmamos los datos varias veces tanto en el ISFAS como en el Sergas. En el teléfono del Sergas nos dicen que nos llamaron al móvil el 6 de abril (tanto a mi móvil como al suyo). No tengo ninguna llamada perdida.

En el centro de salud Ambulatorio San José nos dicen que nos llamaron varias veces y que en última instancia nos mandarán una carta certificada. No hemos recibido ninguna carta.

Hoy fui al Hospital Abente y Lago a presentar una reclamación. No pude presentarla porque «el chico que las sella no está». Me dijeron que la presentara en la puerta de enfrente, en el centro de salud Abente y Lago. La aceptaron y sellaron allí.

Esta mañana envié dos burofaxes certificados: a la directora general de Salud Pública, Carmen Durán, y a Cristina Pérez, jefa territorial de la Consellería de Sanidade.

No entendemos por qué no nos llaman. Marta Romaní.

Tengo 89 años y no saben decirme nada

Llevamos una semana sin movernos de casa y comprobando que el móvil tiene cobertura. Cada vez que suena el teléfono o llega un mensaje vamos corriendo para ver si el Sergas envía una cita de vacunación para el covid-19. Tengo 89 años, soy profesor jubilado y mutualista de Muface, como antiguo funcionario del Estado. Se ha dicho por activa y pasiva que se vacunará a toda la población independientemente de estar afiliado o ser mutualista. Sin embargo, cada vez que mis hijos llaman al teléfono de atención del Sergas para incidencias en vacunación, después de una larguísima espera les dan a entender que sí hay diferencias.

Para empezar, pese a haber informado de mi número de teléfono fijo y móvil a Muface, que a su vez ha enviado una confirmación por correo y posteriormente al Servizo Galego de Saúde, mis datos no estaban actualizados en la base de datos del Sergas. Solicitamos que los incorporen y nos dicen que «abrirán una incidencia», que puede tardar de 7 a 10 días en resolverse. Eso después de tener que llamar tres veces (con sendas esperas de casi una hora cada una) al estar el programa fuera de servicio.

Lo hemos intentado a través del centro de salud y del área sanitaria (CHUAC). Hemos escrito también a la Xefatura Territorial de Sanidade-Programa galego de vacinación, a la Xerencia de Xestión Integrada del Sergas y todos nos dicen que no tienen acceso ni gestionan listados ni citas de vacunación.

Para más inri mi mujer, de 79 años, ella sí afiliada, tampoco ha recibido ninguna llamada. Su hermano, de 76 años, ya tiene cita para el próximo viernes.

Se pueden imaginar la impotencia que sentimos en estos momentos. Somos conscientes del esfuerzo que nuestro servicio de salud está realizando para acometer esta campaña de vacunación, pero les pediríamos que revisasen el estado de los mutualistas y las inconsistencias que se están produciendo. También parece oportuno pedir que refuercen los canales y teléfonos de atención al paciente. M. F.

Las mujeres en paro

A pesar del auge del feminismo, el Gobierno no se atreve a hablar de las mujeres en paro, ni de qué va a hacer para solucionarlo. En la intervención del presidente con motivo del 8M se atrevió a decir que no asistiremos al «hermoso espectáculo masivo» de las mujeres en la calle, por culpa de la pandemia, ese bichito que ha venido de fuera para quedarse e incordiar, pero no por el paro creciente de mujeres y hombres, al que resultaría hasta provocativo pensar que se tratara como «otro hermoso espectáculo masivo».

Parece como si el Gobierno esté buscando constantemente que la gente se dedique a pensar en otra cosa, en las infantas, en el «hermoso espectáculo masivo» que banaliza el feminismo casi tanto como el paro, y que venga alguien que no sean ellos a tratar de resolverlo, mientras discuten entre sí sin atender a las graves responsabilidades que se derivan de la mala situación económica que estamos padeciendo tanto los hombres como las mujeres. José Morales Martín. Palafrugell (Gerona).