Desempleo en Galicia: su realidad y su psicosociología

José Ramón Pin Arboledas TRIBUNA

OPINIÓN

MONICA IRAGO

11 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En las encuestas a vecinos de ciudades gallegas figura como principal preocupación el desempleo. Por encima de otras muchas cosas, como el estado de las aceras y otros temas que podrían ser lo que más debería inquietar a un habitante de una urbe. Ocurre en todas las ciudades, en las grandes capitales de provincia, o no, y en la propia Santiago. 

Frente a este dato se opone que el paro registrado en el SEPE español en mayo del 2021 ha dado muy buenos resultados. Un anuncio de la recuperación económica que podría darse de cara al verano. En toda España el sector servicios ha tirado del empleo. No obstante, los datos gallegos deben ser matizados. 

La bajada del paro en Galicia ha sido de 5.472 personas, el 3,20 % respecto al mes anterior. En cambio, en toda España ha sido de 129.378, el 3,71 % respecto a abril. Es decir, que a pesar de las buenas noticias en esta autonomía ha disminuido el desempleo en menor medida que en el resto de las españolas. 

El número de parados registrados en el SEPE en la comunidad es de 165.306, frente a los 3.781.250 de toda España. ¿Mucho o poco? Según la EPA (Encuesta de Población Activa), la tasa de desempleo gallego del primer trimestre del 2021 es el 13 % frente al 16 % de todo el Estado. 

En conclusión, la situación del desempleo gallego respecto al del resto de España tiene luces y sombras. El paro gallego es menor que en otras autonomías, pero se ha reducido este mes a menor ritmo que en el resto del Estado. En todo caso, en ese trimestre, los parados gallegos según la EPA eran 158.000 personas aproximadamente. Esta cifra, junto con el citado 13 % de paro, es una de las causas de la preocupación por el desempleo en los ciudadanos. No es mala en comparación con otras comunidades autónomas, pero sí lo es en valores absolutos. Porque en este tema vale aquello de «mal de muchos, consuelo de tontos». 

Por otra parte, el 13 % de desempleo supone que casi todos los habitantes de esas ciudades tienen un familiar, un conocido, que está en paro. Si, además, se trata de una tierra en la que la propensión a emigrar es fuerte por razones históricas, la sensación de que no hay oportunidades laborales es alta.

Además, acontecimientos como los ocurridos en Alcoa u otras empresas gallegas hacen que los medios de comunicación transmitan también la sensación de orfandad laboral en Galicia. Los periódicos, las radios, las televisiones y las redes sociales agrandan esta percepción.

A ello se añade que en Galicia hay en este momento 34.759 trabajadores en ERTE. Trabajadores que están pensando que su situación no es de empleo, sino de incertidumbre. Si se suma a los parados registrados, el total de personas gallegas desempleadas es de casi 200.000. A las que habría que añadir los autónomos en cese de actividad (¿15.000?), que probablemente tienen la misma situación de incertidumbre.

En resumen: el desempleo gallego es preocupante, tanto por la realidad como por la percepción sobre ella. Lo primero supone un problema económico y social importante dentro de su territorio. 

Lo segundo, la percepción reflejada en las encuestas, indica que, independientemente de su realidad, los gallegos tienen la sensación de que el desempleo es un peligro para ellos y sus conciudadanos. Eso, entre otras cosas, puede impulsar la emigración de talento, descapitalizando Galicia de potencial humano. Algo que se debe valorar. ¿Conviene que el talento local adquiera experiencia en el exterior o no? ¿Cómo atraerlo nuevamente si ha emigrado?

En todo caso, el trabajo lo crea la empresa o, mejor dicho, los empresarios y emprendedores. Si no se les apoya y, especialmente, si por el contrario se estorba su misión, el paro seguirá siendo un problema endémico. El propio programa del Gobierno Sánchez sobre los objetivos del 2050 habla de un 7 % de desempleo para España como objetivo público a largo plazo, una cifra escalofriante por alta. ¿No podría buscarse una meta mejor? Sí, pero no se alcanzará mientras no se centren los esfuerzos en favorecer a quienes crean trabajo: los empresarios.