Gramática universal

Cristina Gufé
Cristina Gufé LICENCIADA EN FILOSOFÍA Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN. ESCRITORA

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

30 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Estaremos de acuerdo en afirmar que el lenguaje es la base de la cultura, del mundo humano, también en que no hay lenguas superiores unas a otras aunque en un momento dado, por razones económicas, sociales, políticas, etcétera, algunas gocen de preponderancia.

Se entiende por lingüística el estudio teórico del lenguaje y de los asuntos comunes a las lenguas. Son muchos los idiomas que existen en el mundo, todos ellos difíciles de aprender ya que cada uno de ellos utiliza sus propias normas. A excepción de la lengua materna, que asimilamos sin darnos cuenta, la adquisición de otros idiomas siempre será una ardua tarea. Uno de los rasgos del lenguaje humano es su carácter abstracto; contiene algo inmaterial: el pensamiento. Así precisa un «vehículo», una lengua concreta -por ejemplo, el gallego, el español, el inglés, etcétera.-, para expresarse, pero, en un sentido estricto, el lenguaje humano es el pensamiento.

El lenguaje ha sido tratado por la filosofía desde la antigüedad. Para simplificar podemos decir que ha habido dos grandes corrientes, una que nos dice que el lenguaje sirve para representar la realidad que nos rodea, nombrar las cosas, y que no hay contenidos previos ya que todo se adquiere; y la otra es la tradición innatista que afirma que la base del lenguaje es innata, es decir, que hay predisposiciones, contenidos mentales presentes en nosotros desde el nacimiento, como serían también los axiomas -enunciados evidentes que no precisan demostración-, de la matemática o de la lógica. Si hablamos de lingüística hay que recordar a Noam Chomsky, quien en el siglo XX reanuda la polémica sobre el origen del lenguaje con su teoría conocida como «gramática generativa transformacional», que se refiere al conjunto de reglas innatas que permiten traducir combinaciones de ideas a una lengua en particular. Lo que este autor nos dice es que existe una gramática que es universal -válida para todas las lenguas- que está en nuestra inteligencia, no se aprende. La capacidad creadora del lenguaje depende de esa estructura profunda y no de los idiomas, que sí se aprenden. El verdadero potencial del lenguaje es subconsciente. Ha de ponerse en relación con un idioma concreto para que aflore esa potencialidad.

El lenguaje genera lenguaje, por la innata capacidad del pensamiento que funciona de ese modo. La teoría de Chomsky podría explicar por qué los hablantes de una lengua pueden entender y producir un número infinito de construcciones gramaticales originales y por qué los niños aprenden a hablar con tanta rapidez. El lenguaje humano es único, las distintas lenguas son variaciones sobre el mismo tema: el pensamiento con su capacidad sin límite. Si queremos contribuir al desarrollo humano, en especial en las etapas tempranas, permitamos que los niños se empapen en el aprendizaje de lenguas, que vayan a nadar entre los idiomas del mundo hasta llegar a bucear por sí mismos en el océano insondable aún desconocido.