Lola y la violencia mediática

OPINIÓN

31 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay que hablar de víctimas en esta guerra entre Rocío y Antonio David no deberíamos perder de vista a Lola. La hija pequeña de Olga y el ex guardia civil ha sufrido la violencia mediática a la que ha estado sometida. Ha necesitado, a sus 8 años, ir al psicólogo porque de camino al colegio había carteles en que se acusaba a su padre de maltratador y a toda su familia de ser escoria. A su corta edad, ha vivido el terror de verse señalada delante de toda España, en lugar de ser protegida como la niña que es. Y aunque ahora saldrán dándose golpes de pecho los colaboradores que apoyan a Rocío Carrasco, lo cierto es que la exposición de la hija de Antonio David no es responsabilidad única de sus padres. Lo es de quienes diariamente están abofeteando, insultando, vejando y maltratando sin poner ningún tipo de límite a esa corriente de odio que luego no se puede aplacar. Los que critican lo que hizo Antonio David durante años están haciendo ahora lo mismo: agraviar. De un lado y de otro, no se ha amparado a una niña que sin comerlo ni beberlo se ha encontrado de pronto en un huracán que la ha zarandeado hasta hacerle mella en lo más hondo. Pero esa violencia, la mediática, a los que echan fuego por la boca no les provoca pavor. Antes de salir en defensa de una víctima, debería plantearse, al menos, no generar otras tan vulnerables. Lola es una menor.