Yolanda Díaz, el calamar y las misturas

David Suárez Alonso
david suárez CINCO UVES DOBLES

OPINIÓN

MARISCAL

25 oct 2021 . Actualizado a las 08:28 h.

El juego del calamar de la política se llama Yolanda Díaz. Entiéndase bien, la comparación no tiene nada que ver con su trama violenta. No seré yo quien ponga en duda, a estas alturas, la capacidad de diálogo de la vicepresidenta. Me refiero a ese fenómeno de sobreexposición mediática y en redes sociales que genera todo lo que tiene que ver con la serie coreana y lo que hace, dice y medita la ministra gallega. No hay persona en España con acceso a Internet que no haya caído en una recopilación de sus «le voy a dar un dato, señor García Egea», ese latiguillo con el que arranca los miércoles sus debates dialécticos en el Congreso con el número dos del PP. Que no le extrañe a nadie que en los recreos pronto los niños imiten ese golpe con el que Díaz aparta el micrófono al final de sus exposiciones. Su popularidad sigue subiendo y ese es el clavo ardiendo al que se agarra Podemos. En ese contexto, partido en horas bajas y candidata que se hace de rogar, es donde ha surgido este nuevo mantra de superar los partidos y las misturas -ella misma explicaba que usa este término porque le sale decirlo en gallego, aunque quizás a la RAG le gustaría más que hablase de mesturas-. Lo oímos casi a diario desde hace meses. Escuchar a todo el mundo, recoger ideas de la calle, ir más allá de las formaciones políticas y dejar fuera los egos. 

Todo muy bonito, pero nada nuevo. En realidad es una enmienda permanente a todos los puentes que el liderazgo personalista de Pablo Iglesias destruyó. La vicepresidenta vuelve a AGE, En Marea, las confluencias y los socios territoriales. Y, de momento, de todo este proceso para montar un proyecto que sea Podemos sin llamarse Podemos, solo hemos conocido a dos posibles aliadas: Ada Colau y Mónica Oltra. Es decir, los comunes y Compromís. Dos de los socios de Podemos en las confluencias y solo faltaría uno en Galicia, que ya tal, como diría Rajoy, porque no hay donde rascar. También han trascendido dos de los primeros no, gracias: el del proyecto andalucista de Teresa Rodríguez, que salió escaldada de su abrazo con Iglesias, y el de Mónica García, de Más Madrid, que no se plantea por ahora hacerle un Errejón al propio Íñigo Errejón. ¿Y qué dice de todo esto Ione Belarra? Pues en Podemos, al menos en público, compran toda esta campaña de márketing porque no les queda otra. Pero lo más curioso es que también la compra Pedro Sánchez. El presidente, que ya habla sin tapujos de las próximas elecciones, celebraba esta semana, en una entrevista radiofónica, que Yolanda Díaz dialogue con otras fuerzas. Así se evita la fragmentación en la izquierda, apuntaba a continuación. ¿En serio los socialistas quieren esto? ¿Ellos solo van a pelear por los votos de PP y los que le puedan quedar, si es que le queda alguno, a Ciudadanos? ¿Gobernar en coalición es ya su máxima aspiración? Al hasta hace nada todopoderoso Iván Redondo no le debe quedar lengua que morderse.