Los desaires de los cupaires

Pedro Armas PROFESOR DE LA UDC

OPINIÓN

David Zorrakino | Europa Press

17 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los gobernantes de Cataluña dependen de los cupaires, no tanto para aprobar los Presupuestos como para mantener el bloque independentista. Los cupaires son los militantes de la CUP, partido asambleario de extrema izquierda que reclama la independencia no solo de Cataluña, sino de los Países Catalanes, que incluyen la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares; reclama la salida no solo de España, sino de la UE y de la OTAN; reclama la nacionalización no solo de la banca, sino de todos los medios de producción, que por algo son anticapitalistas.

En unas cuantas asambleas, presenciales y telemáticas, menos de 500 cupaires decidieron presentar una enmienda a la totalidad de los Presupuestos, pero con la condición de seguir negociándolos. Los cupaires discuten los Presupuestos porque, sentada a la mesa de diálogo, ERC ha «normalizado las relaciones con el Estado» y porque atisban políticas «sociovergentes». Los cupaires son coherentes, no admiten acuerdos entre la Generalitat y el Estado.

Los gobernantes no pueden permitirse una reprobación de los Presupuestos, lo que obligaría a tirar de presupuestos prorrogados, justo cuando toca encajar los fondos europeos para la recuperación y cuando se propone un incremento de 3.500 millones de euros en gasto preferentemente social. Si los cupaires los rechazasen, los republicanos podrían recabar el apoyo de los comunes o de los socialistas, aunque debilitarían el frente independentista.

Al parecer, el proceso de negociación con los cupaires pasa por retirar la partida para el proyecto turístico Hard Rock Café (Tarragona) o por redactar nuevos protocolos de actuación de los Mossos d'Esquadra a la hora de intervenir en desahucios y manifestaciones, actuaciones vitales para la sociedad catalana. Sin embargo, no es seguro que los cupaires vayan a presentar esa enmienda a la totalidad. Así es la política centrífuga, así es el pressing CUP, así son los desaires de los cupaires.