Vivir con un desfibrilador

Ignacio Mosquera CARDIÓLOGO. MIEMBRO DE LA UNIDAD DE ARRITMIAS DEL SERVICIO DE CARDIOLOGÍA DEL CHUAC

OPINIÓN

María Pedreda

13 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El desfibrilador automático implantable (o, simplemente, DAI) es un pequeño aparato que detecta rápidamente las arritmias potencialmente mortales y las revierte, evitando que causen una parada cardíaca.

Se implantan en pacientes que ya han sufrido una parada del corazón, o que, por una enfermedad cardíaca grave, tienen riesgo alto de padecerla en el futuro.

Estas maravillas tecnológicas constan de al menos un cable (llega hasta el corazón a través de las venas provenientes de alguno de los brazos) encargado de detectar y parar las arritmias peligrosas aplicando estímulos eléctricos y/o descargas de alta energía, conectado a un generador algo más grande que una caja de cerillas, situado bajo la piel y músculos del pecho y que contiene los microcircuitos, batería y condensadores necesarios para su correcto funcionamiento.

Se colocan mediante una cirugía menor que no precisa anestesia general y con un post-operatorio llevadero de escasos días; posteriormente, requieren un seguimiento periódico ya que, como todas las prótesis, pueden estropearse o infectarse (en la mayoría de casos esto no ocurre nunca).

A partir de aquí, al paciente le surgen lógicamente muchas dudas acerca de los cambios que el DAI pueda provocar o condicionar en su ritmo de vida. La buena noticia es que estos cambios, que los hay, son, en general, mínimos y, de hecho, la mayoría de pacientes siguen manteniendo una vida muy parecida a la que llevaban antes del implante; hay que tener en cuenta que la mayoría ya padecen previamente una enfermedad cardíaca importante y esta es la que condiciona realmente sus síntomas, y los cuidados y precauciones que deben adoptar.

Los portadores de un DAI deben evitar golpes directos en la zona del generador y actividades que requieran un uso exagerado del brazo del mismo lado, ya que pueden estropear el cable o el generador. También deben evitar campos electromagnéticos muy potentes, pero fuera de entornos laborales específicos son infrecuentes en el entorno doméstico (básicamente cocinas de inducción; en contra de lo que mucha gente piensa, sí se puede usar el microondas); todos los electrodomésticos, eso sí, deben tener un buen aislamiento eléctrico.

El DAI no contraindica el ejercicio físico de carga baja-intermedia ni la actividad sexual y, en pacientes estables, la ley permite la conducción de vehículos privados pasadas las primeras semanas.