
¿Por qué les resulta tan intolerable a los niños y adolescentes verse privados de los objetos tecnológicos? La respuesta es que las nuevas tecnologías modifican la relación al cuerpo, sobreexcitan, y conducen a una relación de dependencia con estos aparatos que desrealizan la vida. Por eso, porque el cuerpo está tomado por los aparatos, su pérdida, para algunos, es casi una mutilación, a la que responden de modo descontrolado, agresivo y desafiante.
Esto, que ocurre tan a menudo, es claramente insuficiente para intentar explicar el triple asesinato cometido por el joven de Elche, de 15 años, que, tras serle retirada la wifi por sus malas notas, disparó dos veces a su madre por la espalda, después dos veces también a su hermano de 10 años, y, dos horas después (el tiempo transcurrido es un dato relevante), disparó contra su padre dos tiros, rematándolo con un tercer disparo.
Podríamos pensar que alguien que puede actuar de esta manera debe tener una historia previa marcada por conductas violentas. Al parecer, no es así. Quienes lo conocían, y sus amigos, lo describen como un muy buen estudiante hasta ese momento, aunque activo en videojuegos y redes sociales. «Tímido, pero hablador». Es decir, su acto criminal no se puede explicar simplemente por la respuesta a la frustración, en un sujeto muy violento. No está en continuidad con sus conductas previas, supone una discontinuidad, una ruptura. Matar no está al alcance de cualquiera, por muy alterado que esté. Matar tres veces, y con una diferencia de dos horas entre los dos primeros asesinatos y el tercero, menos.
Los datos que vamos conociendo, apuntan a una no subjetivación, por parte de este adolescente, de sus actos en términos de conciencia moral. La reacción fría y serena, según los investigadores, al triple asesinato (apilando los cadáveres en el garaje, como si fuesen sacos, unos encima de otros), y la posibilidad de convivir días con esa situación, solo puede darse desde una incongruencia patológica grave entre el acto y el afecto. También es muy significativo el modo en el que se revela lo ocurrido: una vecina le pregunta a este chico por sus padres, y él responde que los ha matado hace unos días (como si de una información cualquiera se tratase).
Para este joven, la posibilidad de que tome conciencia del alcance de su acto parece que tendrá que venir del exterior. En este caso, la ausencia de consecuencias (o que estas sean mínimas, en base a su edad y posibles patologías) no sería la respuesta más adecuada y beneficiosa. Tampoco para él.
