Migraña: complejo pero prevenible

Rogelio Leira DOCTOR DE LA UNIDAD DE CEFALEAS. SERVICIO DE NEUROLOGÍA DE HOSPITAL CLÍNICO UNIVERSITARIO DE SANTIAGO

OPINIÓN

María Pedreda

02 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La migraña es un trastorno crónico que viene determinado genéticamente, que afecta a una parte importante de la población (16 % de mujeres y 7 % de varones con edades entre los 14 y 55 años) y que se caracteriza clínicamente por episodios recurrentes de cefalea. La frecuencia, intensidad y duración de estos episodios dolorosos es muy variable, oscilando entre pacientes que presentan una crisis de migraña cada tres meses hasta aquellos que sufren ocho ó más crisis de migraña mensuales. Evidentemente, la repercusión que tiene la migraña para la vida del paciente es muy diferente dependiendo de la situación clínica en la que se encuentre. La OMS considera la migraña como una de las enfermedades más discapacitantes en la población adulta joven. Además, genera un gran coste social y laboral, al tratarse de personas jóvenes y con una vida activa.

Durante muchos años se ha considerado que poco se podía hacer para tratar o prevenir la migraña. Al tratarse de un proceso determinado genéticamente, es muy frecuente que los pacientes con migraña desarrollen su vida en familias con migraña. Esta situación hace que se transmita la idea de que la migraña no tiene curación y que, por tanto, hay que sufrirla toda la vida. Los pacientes se acostumbran al manejo de una serie de analgésicos que les ayuden a mitigar el dolor y rara vez solicitan ayuda médica. En los últimos años se está produciendo un cambio en la mentalidad de los pacientes migrañosos derivado del mejor conocimiento de los mecanismos cerebrales implicados en la migraña y del desarrollo de tratamientos específicos eficaces para tratarla.

Estos avances en el conocimiento de la migraña han supuesto que actualmente se considere como una «enfermedad específica que precisa un tratamiento específico», olvidando la situación previa de «proceso doloroso inespecífico que solo precisa analgésicos». Por otro lado, el paciente con migraña comienza a tener conciencia del problema personal que padece y la sociedad comienza a reconocer el problema social que genera la migraña y el sufrimiento de quien la padece.

La educación del paciente migrañoso, así como un cambio de actitud en la asistencia médica a estas personas, es fundamental para lograr un buen control de la migraña. El correcto diagnóstico, junto a la adecuada combinación de tratamientos sintomáticos y preventivos, logra un buen control de las crisis migrañosas en el 80-90 % de los casos, mejorando la calidad de vida de estos pacientes y haciendo que puedan retornar de forma rápida y eficaz a su actividad social y laboral.