Cristina, Julio y José Ángel

Eduardo Riestra
eduardo riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Ballesteros | EFE

01 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La pasada semana, a la escritora Cristina Pery Rossi le fue entregado el Premio Cervantes en Alcalá de Henares por parte de nuestro rey Felipe, pero ella no asistió al acto. Parece que no está muy bien de salud y prefirió quedarse en su casa de Barcelona —de la que ya no sale— a verlo por la televisión. Hasta ese momento, la uruguaya vivía una vida real y literaria un tanto clandestina, alejada de bolos y listas, y también de la prensa. 

Y, sin embargo, hace ya unos cuantos años que un pequeño editor de Palencia, amante del jazz, traductor de francés y amigo de sus amigos —por ejemplo, mío—, José Ángel Zapatero, decidió volver a publicar sus obras en España e introducirlas en las estanterías de las librerías a codazos: La insumisa, Julio Cortázar y yo...

Cristina vivió en París, escapando de la Barcelona de los últimos años de Franco, que amenazaba con expulsarla al Uruguay de los generales. Y Cortázar, que ya estaba separado de Aurora Bernárdez, se enamoró de la uruguaya y le escribió versos, pero no fue correspondido: a Cristina no le gustaban los hombres (y yo pienso que con razón), pero ambos sellaron una amistad incombustible. Y fue Pery Rossi quien desveló por primera vez en ese título citado que Cortázar murió de sida, cuando la enfermedad era prácticamente desconocida, a causa de una transfusión de sangre contaminada poco después de que su mujer de entonces, Carol Dunlop, falleciera de lo mismo. Fueron, sin saberlo, las primeras víctimas de una tragedia que asoló el mundo.