Nuevo virus de hepatitis, y otros, en niños

isabel bandín PROFESORA DE VIROLOGÍA DE LA USC

OPINIÓN

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01 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién no ha oído en la sala de espera del pediatra la frase «me dijo que el niño tiene un virus, ¿eso es porque no sabe lo que tiene?». El médico no puede identificar un virus en su consulta, pero sí hacer un diagnóstico en base al cuadro clínico. Por ejemplo, si el niño tiene la cara muy roja, como por una bofetada, muy probablemente se trate de la enfermedad vírica conocida, con cierta lógica, como enfermedad de la bofetada. Durante la infancia, las infecciones víricas son muy frecuentes; afortunadamente, gracias a la vacunación, nuestros hijos no suelen sufrir algunas que los adultos de cierta edad sí padecimos de pequeños (sarampión, paperas, varicela…). 

En los últimos días se han notificado en España casos de hepatitis infantil de origen desconocido. Se habla de origen desconocido porque, aunque los virus son la principal causa de esta enfermedad, los sospechosos habituales se han descartado. ¿Podría tratarse de otro virus? La respuesta es sí y se han encontrado unos candidatos: los adenovirus. Estos virus se transmiten por vía respiratoria (como el coronavirus), pero también por vía fecal-oral (por contaminación de agua y alimentos con el virus expulsado por las heces). Son virus que afectan más frecuentemente a niños que a adultos, causando infecciones respiratorias (en su mayoría, tipo catarro), oculares y del aparato digestivo (gastroenteritis). Existen muchos subtipos de adenovirus, pero hasta ahora no se habían asociado con problemas hepáticos. No es raro que un virus cambie su tropismo (su afinidad por células y tejidos específicos). Como todos sabemos (a raíz del covid-19), los virus tienen una gran facilidad para mutar, lo que podría haber permitido al adenovirus cambiar su tropismo; o podría tratarse de un tipo nuevo de adenovirus, o incluso de otro agente viral no identificado hasta el momento. Con el tiempo se esclarecerá. De todos modos, para calmar a madres y padres, esta enfermedad es, en general, autolimitante, como la mayoría de las que afectan a niños.

Pero, no quiero acabar sin trasladarles una reflexión: desconocemos una gran cantidad de los virus que hay en nuestro planeta, y muchos de ellos pueden transmitirse al hombre a partir de animales infectados. Así que, dada la falta de control de los animales de consumo humano en muchos países, la invasión de sus hábitats naturales y el continuo trasiego de viajeros por todo el mundo, no les extrañe seguir oyendo hablar de nuevas infecciones víricas en el futuro.