En la ONU se emplean los nombres de los países en árabe, chino, ruso, inglés, francés y español. Desde la semana pasada, los de Turquía en las tres lenguas de alfabeto latino (Turkey en inglés, Turquie en francés y Turquía en español) han sido sustituidos por el turco, Türkiye. El cambio, que se efectuó automáticamente al recibirse una carta en la que lo solicitaba el Gobierno turco, venía gestándose desde hace tiempo. Su impulsor es el presidente Erdogan, al que algunos analistas ven necesitado de presentarse una vez más como el defensor de las esencias patrias. El año que viene hay elecciones, y los turcos están un tanto molestos por la inflación que los aflige.
Por ahora no hay indicios de que en España vaya a adoptarse una medida de ese jaez para combatir la crisis. Aunque nunca se sabe. ¿Se imaginan que alguien pretendiese que Spain, Espagne, Spanien, Spagna, etcétera dejasen de usarse? ¿Y a ingleses, franceses, alemanes, italianos... preguntándose cómo se pronuncia la eñe?
La principal razón para cambiar a Türkiye, que se pronuncia [túrkie], es que el inglés turkey, este con minúscula, significa ‘pavo’, así como ‘fracaso absoluto’ y ‘persona estúpida o inepta’. El turkey ‘pavo’ surgió en el siglo XVI como acortamiento de turkey cock o turkey-hen, que originalmente se aplicó en Inglaterra a un ave que se importaba a través de Turquía, y luego, erróneamente, al pavo americano. Pero las formas francesa y española del topónimo no tienen las connotaciones negativas de la inglesa. Aunque xa postos se cambian todas por el mismo precio.
En la práctica, la mudanza afecta a los usos oficiales. Los españoles seguirán yendo a hacer turismo a Turquía, se implantarán pelo en Turquía y tomarán pistachos de Turquía. La ortografía del 2010 indica que cuando hay un verdadero cambio de nombre de un lugar debe adoptarse la nueva denominación, como cuando Alto Volta pasó a llamarse Burkina Faso o Leningrado mudó a San Petersburgo. Pero si lo que se hace es cambiar un topónimo asentado por su forma en otra lengua, no debe secundarse tal iniciativa. Por eso seguimos empleando Costa de Marfil y no el nombre de este país en la ONU, Côte d’Ivoire, o mantenemos Calcuta en vez de pasarnos a la forma local Kolkata, impulsada por sus autoridades.
Porque aquí usamos Turquía desde hace seis siglos. Ya Enrique de Villena escribió en 1427: «E de allí tomaron la prática los moros, que poseyeron aquella tierra troyana, que oy se dize Turquía».