Guerrilleros ucranianos

Carlos G. Reigosa
carlos g. reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

AMMAR AWAD | REUTERS

22 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No se habla de ellos porque son anónimos, pero son muchos los civiles ucranianos que se han ido organizando para combatir a los invasores rusos. Algo que me hizo recordar las guerrillas que en España se alzaron contra las tropas napoleónicas, a comienzos del siglo XIX. Aquellos indómitos civiles que llenaron el solar patrio de una resistencia indomeñable. Se podría hacer una lista casi interminable, pero creo que basta con citar al glorioso Empecinado, que se batió en las dos Castillas y Extremadura, o el fiero cura Merino, que lideró en el norte un grupo duro y severo con el adversario. 

En Ucrania, el Gobierno impulsó la guerra de guerrillas desde el principio, aplicando el factor sorpresa para atacar a los rusos, sobre todo, cuando se encaminaban a Kiev, la capital. El factor sorpresa de las fuerzas no regulares tuvo una importancia radical en el estancamiento del avance ruso hacia los grandes núcleos de población. Y quizá no sea exagerado decir que a ellas se debe la actual concentración rusa en el este, sin nuevos avances hacia Kiev y otras ciudades importantes. Porque los partisanos infiltrados entre las filas invasoras han causado verdadero temor, al desbarajustar los planes de los atacantes rusos y fortalecer el ánimo de sus conciudadanos. Por otra parte, como se trata de militantes que conocen bien el entorno y cuentan con puntos de apoyo familiares, se han movido con facilidad en el territorio, perdiendo pocos efectivos.

Los rusos han tomado en el este de Ucrania unas zonas poco propicias para las guerrillas (Donetsk, Lugansk, etcétera) y parecen estar a la espera de consolidar estas posiciones, sin ánimo aparente de extenderse por el resto del país. Porque la realidad era que Putin quería llevar a cabo una ofensiva rápida, y lo hizo mientras pudo. Pero la situación se ha estancado y ahora son los ucranianos los que están atacando enclaves militares en Crimea (península del mar Negro, anexionada por Rusia en el 2014). Lo cual ha desatado la inquietud entre los rusos al percibir una situación de emergencia, que puede golpear a algunos de sus arsenales en Crimea —enclave emblemático del nacionalismo ruso— o en algún otro lugar inesperado. Porque las guerrillas tienen sus propias estrategias y una enorme movilidad. Y esto parece preocupar a Rusia cada vez más.