La vida de los otros

Eduardo Riestra
eduardo riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

07 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las más discretas felonías que estamos descubriendo tras las medidas al tuntún del Gobierno para paliar los efectos de la crisis es la de nuestros vecinos que reservan plazas gratuitas en los trenes que luego no usan. Eso, en mi opinión, es solo una minúscula gota roja en la moqueta, pero delata que tenemos un cadáver escondido en el armario. Hace ya mucho que la gente sabe que un perro no se puede regalar, porque el que lo recibe acaba abandonándolo. Que hay que dar valor a las cosas. Si el viaje es gratis, los trenes van vacíos. Pero lo más grave es que a nosotros, que se nos llena la boca hablando de Galicia, que rezumamos un orgullo patrio incontenible e imbatible, que saltamos sobre Paco León como grifones airados, nos importan un bledo nuestros vecinos. 

Con la reserva de plazas para tener un asiento en todos los trenes del día, estamos moviendo a escondidas el marco de la finca, tirando basura por la ventanilla del coche o, peor aún, prendiendo un incendio forestal. Y cuando se ven en la tele los vagones y cómo uno de los cuatro viajeros que se encuentran a bordo declara que el tren va lleno porque no hay plazas libres, a uno se le cae el alma a los pies. Y mientras Felipe celebra el triunfo de los españoles votándole en los ochenta, o aquí reclamamos el reconocimiento que nos merecemos, uno piensa en mudarse a Corea del Sur, donde los ciudadanos se arrodillan en el suelo para intentar devolver la vida a sus vecinos muertos.