¿Es el fin de las criptomonedas?
OPINIÓN
¿Sabía usted que pueda pagar el seguro del coche en España con bitcoines? ¿Sabía que cada vez más organismos, más empresas y hasta más bancos en casi todo el mundo aceptan operaciones con criptomonedas? Probablemente no lo sabía, pero estoy seguro de que sabe que están en crisis y se asocian a estafas y pérdidas millonarias.
Estos días vimos la quiebra de FTX, uno de los mayores exchanges de criptomonedas. Su fundador, Sam Bankman-Fried, pasó de ocupar la portada de la revista Fortune como «el próximo Warren Buffet» a perder su fortuna. En pocos días se esfumaron 20.000 millones de dólares, lo que ha sido considerado por Bloomberg como una de las mayores destrucciones de riqueza de la historia. Esta quiebra arrastró a las criptomonedas, llevando a la mayor de todas, el bitcóin, a acumular una pérdida del 77 % en el último año.
¿Es el fin de las criptomonedas? Es posible, pero improbable. El mercado cripto es el más joven, más volátil, más desconocido y de mayor riesgo, lo que dificulta compararlo con otros. La caída del último año, que Bank of America considera la quinta mayor de la historia, solo es la cuarta mayor caída del bitcóin en la última década.
Las criptomonedas son legales en casi todo el mundo, salvo en seis países, y están siendo objeto de una regulación creciente y de una amplia adopción por parte de ciudadanos, empresas y Estados. Una veintena de bancos del mundo, casi todos de América y Europa, tienen unos 10.000 millones en criptos.
El organismo internacional que establece las normas de solvencia de los bancos a nivel mundial, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, no prohíbe las criptomonedas, sino que recomienda limitar su exposición al 1 % de su capital.
Además, suponen una oportunidad para 2.000 millones de personas desbancarizadas, para acceder a servicios financieros, y para habitantes de países en crisis y en guerra, para poner a salvo sus fondos. Los dos Estados que tienen el mayor porcentaje de ciudadanos con criptomonedas son, con mucha diferencia, Ucrania y Rusia.
Por último, el 60 % de los poseedores de criptomonedas tienen menos de treinta años y hay cada vez más organismos y empresas en todo el mundo que las aceptan para pagar bienes, servicios, nóminas o impuestos, desde Suiza a EE.UU., pasando por Microsoft, Starbucks o Save the Children, entre otros muchos.
El futuro de las criptomonedas es incierto, pero tiene bases sólidas. Las malas noticias podrían reflejar un proceso de depuración de un mercado cripto que ha crecido demasiado rápido, como sucedió con la burbuja puntocom. ¿Y si no fuese el final de las criptomonedas, sino solo el principio?