Otra vez no

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Lavandeira Jr. | EFE

17 abr 2023 . Actualizado a las 12:57 h.

No deberíamos de regresar al pasado. A cuando hace un año el rey emérito regresó por unos días a Sanxenxo y nos pasamos unas cuantas semanas instalados en la controversia y la discusión. Unos ejerciendo el despelleje y otros, la adulación. Y, ahora que nos anuncian su regreso el miércoles, y como ya nos lo dijimos todo y sabemos dónde está cada uno, deberíamos de dar un paso adelante y hacer lo posible para que no se repita el jolgorio. Porque sería de cretinos levantar otra polvareda.

 Está claro que el protagonista va a regresar a Galicia, porque puede hacerlo, cuantas veces crea conveniente. Eso sí, acompañado del escándalo de sus negocios irregulares, huida del fisco español y amoríos varios. Y puede que lo haga con más frecuencia porque, a decir del presidente Alfonso Rueda, «lo acogeremos con los brazos abiertos». Ello aunque ponga de los nervios a cuantos habitan en la Zarzuela, que en repetidas ocasiones demostraron lo poco que les agradan este tipo de excursiones. Por el desprestigio que le causa a la monarquía, que ya no está para muchos trotes y agravado por la ausencia de explicaciones sobre su deplorable comportamiento.

Por eso conviene que hagamos un par de reflexiones. De madurez. La primera sobre la felicidad de algunos de nuestros dirigentes por utilizar la visita como cortina de humo para desviar la atención de lo importante y ocultar sus deberes e incapacidades. Y, segundo, sobre la necesidad de razonar si somos los ciudadanos los que debemos de tener altura de miras y estatura moral y dejar a un lado al emérito, a sus compañías, a su conducta reprochable, a sus episodios oscuros y al daño que pueda estar haciendo a la Monarquía. Que es incalculable. Con la ayuda de quienes lo reciben con los brazos abiertos. Porque, como dijo el nada sospechoso Aznar, allá él, ya que «si el que representa a la institución no cree en ella, ¿por qué van a creer los demás?»

Así que deberíamos de centrarnos, en el día a día y tratar de afrontar los problemas que nos amargan. Es un debate complicado porque significa, sabiendo lo que sabemos, mirar hacia otro lado. Pero somos mayoría los que no estamos dispuestos a que quien traicionó la confianza de todo un país, condicione y enturbie nuestra ya zarandeada democracia.