El lobo de Asís

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Ana Retamero

30 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay un precioso poema de Rubén Darío que se titula Los motivos del lobo y que es un cuento. Al santo de Asís acuden los del pueblo con las quejas del lobo que mata rebaños, devora pastores —las fauces de furia, los ojos del mal—. Y Francisco acude a su cueva y le pide paz. Consigue que la fiera se vuelva cordero y lo lleva a la aldea, donde como un perro manso pasará en invierno. Y tras varios meses, el santo regresa y se encuentra que la convivencia ha sido imposible y que el lobo humilde ha vuelto a matar. Entonces, de nuevo busca su guarida y el lobo le gruñe amenazador. A las protestas del fraile le cuenta que, cuando este faltó, los hombres del pueblo, que tan pacíficos se mostraban, al verlo tan manso le dieron de palos.

Me acuerdo de esto, que pido al lector que busque y lea por su cuenta, por las dos cabezas de lobo que aparecieron el viernes en la puerta del Ayuntamiento de Ponga, en Asturias. Dos cabezas que me trajeron de inmediato el recuerdo de Felix Rodríguez de la Fuente, a cuya hija Odile conocí en la feria del libro del Retiro el pasado año. En Galicia sabemos mucho de la leyenda del lobo malvado en las noches negras. El lobo de la tradición oral, de las historias de miedo ante la lareira cuando ni radio había. Historias que fueron poniendo en papel los amanuenses literarios.

El hombre y el lobo, una relación de enemistad ancestral que, por lo que parece, al pasar de los años se mantiene, como si viviéramos aún los tiempos de Jack London y esto fueran los bosques de Alaska.