Parece que vamos rápidos, aunque vivimos sobre una mentira gigantesca. Todo se repite. Pero la sensación que tenemos es que estrenamos cada mañana el viento. Es el efecto del móvil. Surfeamos la vida sobre pantallas y nos creemos que es la realidad. Andy Warhol decía que todos tenemos derecho a nuestros cinco minutos de gloria. Pues ahora semeja que todos tenemos derecho a nuestro meme que prenda el mundo. ¡Fíjense en la política! No hay mejor laboratorio que la política. Tenemos otra vez generales. Dicen que son unas generales cantadas. Lo veremos. Igual nos encontramos con otras generales en diciembre, como en el 2019, al salir de las urnas otra España ingobernable. El resultado de las municipales y de las autonómicas, donde las hubo, parece anunciar que no será así, pero hay mucha campaña que cortar. Y, sobre todo, hay mucho meme que contar.
Es la política la que nos demuestra que todos buscamos el meme perfecto. La política es un meme. No nos creímos en los últimos comicios a Ione Belarra como Supergirl y a Irene Montero como Wonder Woman. Fue un intento a la desesperada que hizo Podemos, un par de días antes de votar, caracterizando a las ministras como superheroínas para incendiar las redes con memes virales y darle la vuelta a las encuestas. A las encuestas de las empresas serias, no a las de Tezanos. Tezanos y sus encuestas son un meme.
En esta vida puedes tener el meme a favor y el meme en contra. Una campaña, y todo su trabajo, puede saltar por los aires por la foto equivocada. Cada vez más, los partidos emplean más talento en lograr el meme que alce a su candidato o que destroce al rival. Ojo al meme que te convierte en memo. Los debates televisivos serán claves. Y no serán las palabras las que queden, serán los memes.
El talento en la red es brutal y su ritmo salvaje. No hay quién lo frene. Los carteles electorales y las vallas no las ve nadie. Una foto genial y acertada sí que se multiplica hasta el infinito y más allá en los móviles. Una imagen viral que salta como una pulga visual de móvil a móvil te puede dar o quitar escaños, mayorías. Es en la política ficción que estamos. Tic, tac. TikTok. Se vota por sensaciones, no por discursos.
¿Quién lee los programas? Los mismos que hace años veían los documentales de La 2. Un ejemplo. Podemos se presentaba a las últimas elecciones con la propuesta de un todo gratis: renta universal garantizada (700 euros; una familia con dos hijos: 1.400), comedores escolares gratis, transporte gratuito, etcétera. Incluía también un límite al precio de la luz y otro al de los alimentos. Es incomprensible que no arrasasen en votos regalando el coste de la vida de tal manera. ¿Qué les faltó? Hacer un meme de semejante programa para que los votantes nos enterásemos de que nos podíamos ir para casa a descansar en igualdad, con todo pagado por el Estado. El que logre el mejor meme propio o el peor del rival ganará. Brutal, la foto meme de la campaña del PP en Madrid de los carros de la compra gigantescos, imposibles, que resumían la carestía de la era Sánchez. ¿Aguanta España cuatro años más de su Gobierno?