Nudistas y textiles

Pedro Armas
Pedro Armas A MEDIA VOZ

OPINIÓN

CARLOS IGLESIAS

09 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Día de verano, playa nudista de Bascuas abarrotada. Una familia de «madrileños», padre, madre, dos hijos y abuela, disfrutan en la orilla, en bañador. Un grupo de nudistas forma corro alrededor de estos textiles y les aplaude, para avergonzarles. Los aplausos, aplaudidores e improperios van en aumento. Un nudista sensato intenta hacerles entrar en razón, pero fracasa, pues se han alzado en defensores de su causa y de su playa. Llega la Guardia Civil, les hace ver que pueden estar desnudos o vestidos y que allí el único delito posible, si se denuncia, es el de acoso. Ni el nudismo es una cruzada, ni la playa es suya.

En Galicia no hay playas familiares, urbanas, rurales, nudistas, naturales o naturistas. Las playas son playas y punto. Cualquiera puede estar desnudo o vestido en cualquier playa. No es cuestión de opinión, sino de legislación. Desde 1995 desapareció del Código Penal el escándalo público, lo cual no quiere decir que el escándalo haya desaparecido de la mente de algunos, sean nudistas o textiles. Los escandalizados hablan de colonización, falta de respeto, provocación, intolerancia o desprotección de los niños, para, acto seguido, recomendarle al diferente que se vaya a otra playa. ¡Será por playas!

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos da cobertura legal al nudismo, Unicef recomienda la vivencia naturista de la infancia, la Constitución garantiza el derecho a la propia imagen. Aunque el Tribunal Supremo avale ciertas ordenanzas municipales que acotan playas para nudistas y textiles, en Galicia no hay ordenanzas retrógradas y el sentido común y la tolerancia evitan los rifirrafes entre nudistas y textiles en muchas playas (Ponzos, Barrañán, Ancoradoiro, As Furnas…).

Las playas nudistas no lo son por decreto, sino por costumbre y tradición. Los nudistas suelen acudir a calas recónditas o amplios arenales alejados del bullicio, para disfrutar del silencio, del sol y del mar, sin ropa, lo cual está demostrado que es sano para el cuerpo y la mente. No es cuestión de filosofía vital, sino de comodidad. No es cuestión de superioridad moral, sino de libertad individual.

Para que sea una buena vivencia, entre nudistas y textiles ha de haber convivencia.