Cara y cruz del jabalí

Luis E. Fidalgo PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN GALLEGA DE CAZA

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

20 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En fechas próximas comienza la época hábil para la caza del jabalí. La apertura de la veda del suido salvaje es casi una entelequia, pues en realidad, por unas u otras razones, lo hemos cazado durante todo el año para reducir su población y evitar daños y accidentes. 

En los últimos años, su presencia se ha incrementado más allá de la capacidad de acogida del medio y eso provoca efectos indeseables. En respuesta a esta situación, teniendo en cuenta que la caza es el mejor método para reducir la población de jabalíes, desde la Consellería de Medio Ambiente se estableció una emergencia cinegética, con autorizaciones de batidas por daños y extracciones en zonas de seguridad. Los cazadores respondimos incrementando de forma notable el esfuerzo e intensidad de la actividad cinegética, incluso en épocas del año en las que nos disgusta profundamente cazar, superando ampliamente los cupos de captura inicialmente asignados. Todo ello ha ocasionado una reducción drástica de la población.

Pese a todo, los jabalíes, aunque sea menor su población, ocasionan daños, colonizan zonas agrícolas y urbanas, donde encuentran cobijo seguro, sin predadores, sin cazadores, con alimento fácil, están muy cómodos y se les ve más. Las personas que viven en núcleos urbanos perciben su presencia como una amenaza y se olvidan de su cómoda e irreflexiva postura animalista de la que hacían gala cuando los daños y las molestias afectaban a otros y ahora dicen que «cazamos poco».

Es el momento de dejar de culpar a los cazadores, pues nosotros no somos el problema, somos una parte muy importante de la solución. Por ello, nos vemos legitimados para reclamar a los responsables de la administración local, de las infraestructuras viarias y resto de Administraciones implicadas que dejen de culparnos y que comiencen a aportar soluciones reales (desbrozar zonas periurbanas, establecer pasos de fauna, medidas especiales en puntos negros, etc.), sin recurrir a ocurrencias como la de administrar anticonceptivos, capturas sin muerte y otras historias de este tipo que tanto gustan a políticos de determinadas ideologías animalistas para despilfarrar alegremente el erario público sin ningún tipo de responsabilidad ni resultado.