Viaje al centro de la migraña

Francisca Varo JOVEN ENFERMA DE MIGRAÑAS Y CREADORA DE MIGRANOSAANSIOSA EN REDES SOCIALES

OPINIÓN

María Pedreda

23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de comenzar este precioso relato lleno de aventuras nauseabundas, dolores variados y un sinfín de síntomas exóticos, voy a poneros en contexto. Actualmente me estoy haciendo lo último de lo último para las migrañas, pero mi migraña crónica refractaria se resiste a todo tratamiento, cual soldado espartano contra los persas en la batalla de las Termópilas. ¡Au, au, au!

Todo empezó hace unos 11 años con una jovencita la mar de salá y guapísima (si lo dice mi madre es verdad verdadera, ¿vale?) que veía el mundo desde su lente de unicornios y arcoíris, que comenzó a trabajar de lo que había soñado toda su vida. Tan joven, tan feliz y tan… ilusa.

Sufrí mobbng, lo cual acabó detonando mi etapa de «dolores de todo tipo pero no tenemos ni idea qué tienes, todos tus análisis de 10, será... ¿la ansiedad? Sí, eso es»; o, desde mi punto de vista: no hay nada y directamente estoy para el papel protagonista de Alguien voló sobre el nido del cuco.

Años estudiando y trabajando en España y en el extranjero a marchas forzadas. Cada vez con más dolores crónicos que ni una octogenaria con artrosis, un estómago que regurgita más que el de un pajarillo asimilando las lombrices previamente masticadas por mamá pájaro y con menos control en el volante de mi cabeza. Tiempo llevaba conduciéndolo una señora que se hacía llamar mi «Bestie», pero solo me daba malos consejos y me hacía sentir fatal. Seguro que muchos habéis escuchado hablar de ella, exacto: la ansiedad, «La Ansi» para los más cercanos.

Esta fue la que ocultó debajo de su manto a su otra amiga aún más tóxica. Difícil de creer, ¿verdad? Vaya puñalada por la espalda de mi best friend forever (BFF). Pues así fue, y no la descubrí (bueno, mi neuro no la descubrió) hasta hace unos dos años: la migraña. Después de tanto tiempo vivido juntas, me he ganado a pulso la confianza de llamarla «La Migra».

En resumidas cuentas: mi cuerpo y mente se acabaron rompiendo como cuando eres pequeña y coges a la Barbie más bonita y le rapas el pelo, le vendas una pierna, le arrancas un brazo del trágico accidente que tuvo con Ken en el descapotable sin cinturones, le pintas con bolis de todos los colores sus cicatrices que reflejan su dura vida barbieriana y al final la dejas tirada en una esquina porque ya no había más formas infantosádicas de torturarla.

Esa viva imagen era yo.

Sigo siendo yo.

Así que, en un intento de reconstruirme como una Barbie aún con mucho por ofrecer, pero adaptada a mi nueva realidad, creé mis redes sociales de Migrañosaansiosagraciosa, sirviéndome tanto de auto terapia como de una forma de hacer lo que más me gusta, ayudar a otros.

Por lo que aquí me tenéis, crónicamente enferma pero con muchas ganas de ayudar y poder crear, más que una red social de migrañas, una familia migrañosa. Así que, si queréis uniros, bienvenidos.