Algunos creen que el jugador brasileño Dani Alves será tratado con ciertos privilegios por la Justicia. La Fiscalía de Barcelona le pide nueve años de cárcel y diez años de libertad vigilada por un presunto delito de violación, además de una indemnización de 150.000 euros para la víctima, y lleva casi un año en prisión preventiva a pesar de que su defensa solicitó su libertad provisional. Determinadas personas que se llegan a creer impunes por la fama que atesoran, se encuentran con estas inesperadas y desagradables sorpresas. A Alves le ocurrió esto último. Creyó que era intocable y se encontró con los artículos 178 a 180 del Código Penal, redactados para condenar a aquellos que cometen agresiones sexuales. No se le juzgará con benevolencia. La Justicia española, que institucionalmente no está pasando por sus mejores momentos, a nivel de juzgadores es excelente. Gente seria y rigurosa que en modo alguno va a dictar una sentencia en función de quién es el investigado. Si se demuestra que cometió el delito, pagará por ello. La Justicia no tiene que ser ejemplarizante, pero que este caso sirva para que otros como él, que se sienten dioses en un mundo de parias, cuenten hasta diez antes de dar rienda suelta a sus instintos más primitivos. Dura lex, sed lex («la ley es dura, pero es la ley») es un principio general proveniente del derecho romano. La aplicación de las leyes es obligatoria y que debe producirse contra todas las personas.