Se subasta dinosaurio

Aurora Grandal PROFESORA TITULAR EN EL INSTITUTO UNIVERSITARIO DE XEOLOXÍA DE LA UDC

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

03 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las más conocidas casas subasta (Christie's) anuncia la salida a puja de Baby Jane, un cráneo juvenil de triceratops, un dinosaurio con tres cuernos y una amplia e inconfundible gola, por el que esperan conseguir al menos medio millón de euros. Si los pronósticos se cumplen, pasará a manos de algún coleccionista de rarezas. La moda comenzó hace 25 años con la subasta de un esqueleto de tiranosaurio, finalmente adquirido por un museo norteamericano. Otros ejemplares no tuvieron tanta suerte, terminando en manos de compradores anónimos, para el disfrute de unos pocos.

La venta de fósiles a particulares es frecuente en países como Estados Unidos, donde la propiedad privada prevalece sobre el interés público. Pero se conocen muy pocos esqueletos de dinosaurios bien conservados, apenas unas decenas, pues lo que vemos en la mayoría de los museos son réplicas. Por eso la comunidad científica se lamenta cada vez que un ejemplar excepcional se pierde por el coleccionismo privado.

En la mayor parte de los países de Europa, las leyes de patrimonio no permiten que ocurran estas cosas. En Galicia tampoco sería posible porque, al menos en el continente, no hay restos de dinosaurios. En Galicia durante 300 millones años ha predominado la erosión sobre la acumulación, y los dinosaurios que sin duda existieron no se conservaron, desapareciendo por la erosión. Además, la Ley de Patrimonio Cultural, redactada por arqueólogos, solo tiene aplicación a los yacimientos paleontológicos relacionados con el ser humano y su historia, y los dinosaurios son muchos millones de años más antiguos.

En Galicia había otros yacimientos de interés paleontológico en las cuencas lignitíferas de Meirama y As Pontes (como también en las de Maceda, Xinzo, etcétera). En ellas hubo fósiles de hace 40 millones de años, pero fueron eliminados con el lignito para producir la energía que tan alegremente consumimos. En As Pontes, el interés de responsables y trabajadores de la mina les llevó a conservar al menos una muestra de su riqueza paleontológica: vegetales de diversas especies, tortugas, ranas y hasta cocodrilos. Careciendo de protección legal, es solo la buena voluntad del concello y algunos particulares lo que permite estudiar parte de estos vestigios de nuestro territorio en el pasado. Pero no se puede contar con las actitudes voluntaristas. De aquí a que los fósiles se vendan al mejor postor hay solo un pequeño paso.