Ecuador, la alargada sombra de Bukele

Jorge Quindimil PROFESOR TITULAR DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO EN LA UNIVERSIDADE DA CORUÑA

OPINIÓN

Carlos Duran Araujo | EFE

12 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos meses, La Voz publicaba un artículo del presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador, Genaro Baldeón, titulado Ecuador, de ‘isla de paz' a problema global. Tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, nos relataba cómo el narcotráfico asolaba Ecuador, uno de los países más seguros y amigables de América Latina. El nuevo presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, el más joven del mundo y con mes y medio en el cargo, tiene la hercúlea tarea de sofocar una de las peores oleadas de violencia de su historia. Decretó la situación de conflicto armado interno, recurrió al ejército y reconoció que no cederá ante los terroristas. En un discurso templado, sensato y contundente afirmó que «se acabaron los gobiernos tibios».

La comunidad internacional no ha escatimado apoyos a Ecuador. El problema no es ecuatoriano, es global. Entre los diversos tipos de apoyo se incluyen todos los medios necesarios, porque el Estado ecuatoriano necesita adoptar todas las medidas precisas para devolver al pueblo la paz. En este momento resulta esencial el uso implacable de la fuerza armada contra el terror dentro del respeto irrestricto a la ley.

Ecuador también cuenta con otro factor clave para librar esta guerra: la unidad política. En su «pronunciamiento de todas las fuerzas representadas en la Asamblea Nacional», el poder legislativo es contundente: «Nos encontramos trabajando en unidad, sin importar las diferentes corrientes políticas» —¡qué envidia!—; «Expresamos nuestro respaldo a las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y todos los funcionarios encargados de cumplir y hacer cumplir la Constitución y la ley» —¡qué envidia!—. El respaldo ejemplar de la Asamblea incluye «la adopción de indultos y/o amnistías en los casos que sean necesarios para garantizar la tarea de estos estamentos». El problema en Ecuador es mayor porque el crimen organizado se infiltró en el Estado. Hace menos de un mes, la fiscal general, Diana Salazar —la misma que procesó al expresidente Correa—, afirmó durante la mayor operación anticorrupción que el término narcopolítica en Ecuador ha sido evidenciado». En dicha operación fueron detenidos políticos, policías, jueces y fiscales. Sus palabras fueron premonitorias: «Esperamos una escalada de violencia tras los arrestos».

El presidente Noboa debe recuperar el control de las cárceles, en manos del crimen organizado, y pronto dará detalles de la construcción de dos nuevas prisiones de alta seguridad. ¿Adivinan qué empresa será la encargada de su construcción? La misma que ha construido cárceles para Bukele en El Salvador, el país con el mayor índice de privación de libertad, pero también el país con la mayor reducción de homicidios del mundo. En el 2015 había 103 homicidios por cada 100.000 habitantes; hoy son apenas 7,8 (Global Peace Index 2023). Unidad política, fortaleza institucional y apoyo internacional son armas poderosas con las que Ecuador debe librar una lucha terrible que nos afecta directamente: el 80 % de la droga que sale de Ecuador llega a la UE y es el tercer país el mundo en incautaciones.