Vicios y libertades

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

ALBERTO LOPEZ

20 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay gobernantes que son muy listísimos, diría yo si no fuera por la gramática. Deciden que tienen mucha gente y prohíben a los suyos engendrar más de un hijo, como hicieron en su día los chinos, con lo que provocaron un feminicidio brutal y abocaron al país a una pérdida de población que les llevará en pocos decenios a unos números terribles y a lo que eso implica: problemas graves de innovación y de productividad, sin contar, claro, con que esa fabulosa cacharrería de guerra en la que tanto han invertido carecerá de tripulaciones. Aquellos gobernantes pensaron, seguramente, que todo se resolvía con sumas y restas. Los de ahora también: han mandado a su gente a reproducirse más, pero eso no funciona así, y de hecho los súbditos se resisten y no consiguen alcanzar las tasas de reemplazo generacional.

Aquí tampoco, pero no quería referirme a eso, sino a la genial idea que ha tenido ahora el Gobierno de producir una aplicación o un certificado para que los niños no se empapucen de porno en internet. Por fin se han dado cuenta de que esos contenidos dificultan que se entienda la dignidad de la mujer, el respeto con el que hay que acercarse a la sexualidad humana y tantas otras cosas. Un material que, por cierto, tampoco ayuda nada a los adultos y se vuelve fácilmente una adicción complicada de tratar. Eso sí: hay que respetar la ¿libertad de expresión? de quienes se lucran con nuestras bajezas.

La única manera de desterrar la pornografía consiste en fomentar la cultura de la dignidad humana, del respeto por uno mismo y por los demás, que las personas vean como algo de mal gusto la erotización generalizada, incluso de lo sagrado, o la educación sexual zoológica.